El funcionario estatal señaló que se retrasó este aspecto debido a que se tuvo que obtener los hologramas iguales u homologados con el Distrito Federal, que serán vigentes para la zona de la megalópolis. Aseguró que para la próxima semana ya contarán con las etiquetas en los centros, ya que hoy en día se encuentran en las oficinas.
Además, indicó que en estos días no están funcionando todos los verificentros porque los equipos se encuentran en un proceso de calibración.
Explicó que los automovilistas pueden acudir al Distrito Federal a verificar, pero no a la inversa, porque el gobierno de la ciudad de México acordó esta limitación, en virtud de que el costo es mayor allá y si no se ponía esta restricción, todos los propietarios vendrían a Morelos.
En esta entidad, la verificación cuesta 120 pesos, el más barato que es el uno y el dos, y allá cuesta más de 300 pesos.
Contreras MacBeath adelantó que “se va a trabajar en una política para homologar los precios en toda la zona, es decir, en las entidades que participan. No podíamos, de un jalón, subirle a la gente de 120 a más de 300. Entonces iremos ajustando paulatinamente”, comentó al reconocer que irá subiendo el costo.
En cuanto a las multas, afirmó que en este momento no se aplicarán (el Ejecutivo estatal había dicho que se sancionaría a partir del 15 de julio) porque hasta el lunes se comenzará con los nuevos hologramas.
Además, el secretario explicó que se avanzará en este sentido, en la medida en que se vayan celebrando los convenios o acuerdos respectivos con los ayuntamientos, “porque es un asunto que tiene que ver más con Hacienda que con nosotros, porque se trata de cobranzas”.
Dejó claro a la población que no permitan infracciones en este momento y que deberán observar el calendario anual, de los meses en los que corresponde verificar a cada vehículo.
El funcionario también dio a conocer que se tiene el proyecto con la Secretaría de Hacienda para la publicación de un decreto que permita lanzar una campaña de condonación de recargos, con la finalidad de que haya un “borrón y cuenta nueva”, que la ciudadanía inicie con este proceso de manera más sencilla, como un incentivo, pues si tenían recargos por varios años, el costo sería demasiado elevado y por tanto inviable.