Netzi Peralta Delgado, gerente de operación de la organización civil "Blacksmith Institute", una de las instancias que desarrollan dicho proyecto, explicó que el objetivo es hacer más conciencia en la población, sobre la importancia de fomentar la demanda de los consumidores de barro sin plomo, lo que permitiría que la mayoría de los artesanos, eliminen los barnices que sí lo contienen.
Cabe recordar que este proyecto inició en Morelos, trabajando directamente con las comunidades de alfareros- especialmente en Tlayacapan-, los restauranteros, hoteles y tiendas. Con ello se busca eliminar la principal fuente de exposición al plomo entre los mexicanos, que es el barro vidriado con óxido de plomo, es decir la capa de esmalte que da brillo a las piezas.
La representante de dicha agrupación, explicó que si bien es cierto hace poco se presentó esta estrategia de trabajo, este domingo se le dio continuidad, mediante una exposición, para continuar con el esfuerzo, de hacer conciencia ahora entre los compradores potenciales.
La especialista comentó que es muy complicado cambiar de una producción artesanal que se realiza con un método de más de 500 años de antigüedad, a una con un nuevo proceso. Además el barniz con óxido de plomo les resulta más barato porque su procedimiento ya es más rápido, y la gente pide esas piezas por el color. En tanto que aprenden las técnicas sin dicho metal, a los artesanos les toma hasta un mes tener listo por ejemplo, una cazuela, jarros, o platos.
La idea, es que poco a poco los alfareros vayan construyendo un mercado que empuje la reconversión al uso del esmalte libre de plomo de forma generalizada. La manera más sencilla, sería que la población, al consumir, es decir al comprar, solicite que el barro esté elaborado sin plomo.
Hay que señalar que de acuerdo con especialistas del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), el plomo es un metal pesado, y las concentraciones del mismo, incluso si son bajas, pueden causar daños permanentes en el organismo, inhibiendo el transporte de oxígeno, calcio y alterando la transmisión nerviosa al cerebro. Las consecuencias pueden ser diversas, entre ellas se ha descubierto la disminución de capacidades intelectuales, en el nivel académico, y de concentración.
El plomo, refieren los estudios, se aloja en tejidos, riñón, médula ósea, hígado, dientes, huesos y cerebro. Se absorbe de diferente manera: el sistema digestivo de un adulto típicamente absorbe entre en 10 y el 15 por ciento del plomo ingerido, mientras que en mujeres embarazadas y niños, la absorción puede ser hasta del 50 por ciento.
A decir de Peralta Delgado, basta con servir los alimentos en un plato de plomo para estar expuestos y el riesgo puede ser mayor cuando se cocina en esos elementos, como cazuelas. La solución no es eliminar la tradición, destacó, sino optar por el material hecho sin plomo.
Así mismo, hizo notar que para los propios productores, el uso del óxido de plomo puede ser más riesgoso, porque al tratarse de un polvo, cuando se maneja, entra al organismo vía respiratorio. El proceso de aprendizaje de la tradición de la alfarería es de mucho contacto, incluso en el juego, de tal suerte que la exposición de los niños es constante y por tanto mucho mayor.
Comentó que tan sólo en Tlayacapan hay un registro de 60 alfareros, 40 activos, pero de ellos sólo 10 han entrado en la producción libre de plomo. El ritmo ha sido lento y el propósito de este proyecto es fomentar que el comprador pida el barro con certificado de libre de plomo y de esa manera animar a que los otros alfareros apliquen la técnica recomendada y aprobada por la norma mexicana de salud.