La coordinadora auxiliar de Salud Pública de la delegación Morelos del Instituto Mexicano del Seguro Social indicó que como parte de la estrategia nacional de prevención, a través de PREVENIMSS, la institución busca llevar un control cercano de sus derechohabientes para evitar este tipo de padecimientos.
Comentó que de acuerdo con estimaciones recientes, la anemia se presenta en el uno por ciento de la población infantil de cero a 10 años de edad, lo que implica un asunto importante a atender pues se trata de niños y niñas que se encuentran justo en la etapa de desarrollo y crecimiento.
Manjarrez Aranda explicó que la anemia por deficiencia de hierro se previene con una alimentación balanceada todos los días, que incluya los cinco grupos de nutrientes: frutas, verduras, leguminosas, cereales y carnes, en proporciones de acuerdo con la edad, género, talla, estado de salud y actividad. La comida completa incluye proteínas, lípidos -grasas-, carbohidratos, vitaminas, minerales, fibra y agua.
La funcionaria mencionó que para poder orientar con mejor detalle a padres de familia, éstos pueden asistir a los consultorios de PREVENIMSS para someterse al chequeo anual, en donde se hace la valoración nutricional para atender con oportunidad los casos de anemia.
“Cuando una persona tiene deficiencia de hierro, su rostro luce pálido al igual que uñas y manos, así como un tono blancuzco -amarillento en la parte inferior interna del ojo-, deshidratación de la piel y algo característico es que se abren las comisuras de los labios.”
Los síntomas que presenta una persona con anemia son: reducción de la capacidad de defensa ante infecciones, retardo en la capacidad de respuesta, puede provocar preletargo y mareos. En los niños, sobre todo menores de dos años de edad, causa además retardo en el crecimiento a nivel neurológico y psicomotor”.
Hizo hincapié en que no se debe de incurrir en la automedicación, ni consumir sin vigilancia médica suplementos o complementos alimenticios que además de su alto costo, no sustituyen los beneficios de una alimentación balanceada.
Mencionó que “con frecuencia son innecesarios, ya que en caso de alguna deficiencia nutricional diagnosticada por el médico lo que procede es modificar hábitos alimenticios y dependiendo de su grado pueden suministrarse algunos complementos (en pastillas), y hasta transfusiones de sangre en caso de anemia severa.
Otra restricción para el consumo de los suplementos, es que contienen alto contenido de hierro, lo cual puede generar una sobrecarga que no se desecha fácilmente, sino que queda en el organismo dañando al hígado, al páncreas y al corazón, así como a las articulaciones y las glándulas endocrinas, lo que produce reacciones alérgicas, visión borrosa, diarrea y taquicardia”.