El también Premio Nacional de Ecología 1998, lamentó que ninguna autoridad haya solicitado la opinión de los especialistas, que en Morelos, hay varios muy importantes, dijo, tanto de la Universidad Nacional (UNAM), de la UAEM y de otras instituciones de prestigio, los que pudieran haber hecho alguna recomendación, o al menos para respaldar si la tala era necesaria considerando los indicadores de impacto ambiental de la zona, ya que de principio -señaló- hubo modificación al paisaje.
“Era necesario saber qué tipo de árboles eran los que se iban a cortar y además en qué zonas, porque aparentemente en los lugares donde hay espacio para el nuevo camino, igual arrasaron con toda la vegetación”, dijo.
Se dijo molesto y consideró que gran parte de la sociedad, pero en particular los académicos que trabajan con botánica, están molestos por esta devastación de árboles.
Sin embargo, consideró que lo más grave, es que ninguna autoridad ha dado una explicación respecto de la necesidad de la obra y los fundamentos ecológicos para la tala sobre el libramiento de Cuernavaca.
"Lo único que hemos visto toda la sociedad, es que están devastando los árboles ubicados en el libramiento. Sin embargo, ante la falta de información, es difícil determinar el alcance de las posibles medidas de mitigación. Es decir si se va a resarcir la tala que han hecho o se implementarán otras formas para remediar esta pérdida de vegetación".
Óscar Dorado cuestionó el hecho de querer sustituir una "cosa por la otra", cuando los árboles en su selección natural tienen una lógica al dar sombra.
"Si nos quieren sustituir la disminución de las emisiones atmosféricas por la tala de árboles, el 94% de la gente aceptaría seguir con la contaminación en lugar de talar los árboles y todo es cuestión de sensibilidad del gobierno porque pareciera ser que están defendiendo lo indefendible", afirmó.
Consideró necesario un programa de restauración ecológica y tener informada a la sociedad respecto de este tipo de acciones que generan molestia contra la autoridad, la que no es sensible y no socializa los programas que desarrolla, son decisiones unilaterales que van generando rechazo sistemático a las actividades del gobierno en turno.