El taxista fue el encargado (según la FGE) de llevar a una mujer a un cajero automático en la colonia La Selva, para que ésta pudiera retirar 20 mil que tenía que entregarle a un hombre que por teléfono le aseguró que tenía secuestrada a su hija.
Incluso la víctima, en la audiencia de formulación de imputación celebrada este viernes en la Sala Uno de Juicios Orales, nunca señaló al taxista como la persona que le exigiera el dinero para liberar a su familiar.
En su resolución el juez Martín Domínguez Casarrubias fue tajante al señalar: “No vinculo porque en ningún momento quedó acreditada la coacción (obligar a la víctima a acceder a la petición)”.
La FGE logró acreditar que recibió una llamada telefónica en su celular, de parte de un hombre que le indicó que la hija de ésta había sido privada de su libertad y le exigían dos millones de pesos para liberarla.
En su declaración manifestó que al recibir la llamada, escuchó que una joven lloraba y decía: “Mamá por favor págales, me tienen secuestrada, ayúdame”.
La mujer optó por denunciar los hechos por teléfono, porque fue obligada a hospedarse en un hotel para esperar indicaciones sobre la manera en que tenía que pagar el rescate.
En las indicaciones le hicieron saber que saliera a la calle y que un taxi pasaría por ella, y fue así como abordó el vehículo de Lorenzo el acusado, que la llevó hasta la plaza conocida como “Casa Blanca”, ubicada en la colonia La Selva. Le ordenaron que de los veinte mil pesos que sacara del banco tenía que darle cinco mil pesos al operador del vehículo.
La mujer le entregó el dinero después de lo cual elementos de la Policía de Investigación Criminal retuvieron a Lorenzo.
El juez Martín Domínguez Casarrubias confirmó en su resolución que sí existió el delito de extorsión, pero la Fiscalía nunca logró establecer de manera congruente la participación del taxista en el hecho.
Por ello, ordenó girar oficios al director del penal de Atlacholoaya, en el municipio de Xochitepec, para la inmediata libertad de Lorenzo.