Afortunadamente los pacientes en su mayoría pudieron ser atendidos en forma ambulatoria, es decir, no tuvieron que ser hospitalizados, porque se identificaba el problema, se les indicaba el tratamiento y luego fueron enviados a casa a seguir con cuidados, pero los casos de infecciones gastrointestinales fueron importantes.
El especialista atribuyó este comportamiento epidemiológico al brusco cambio de temperaturas, puesto que hubo lluvias muy intensas en julio, luego pasaron de dos a tres semanas sin precipitación pluvial con mucho calor, lo que contribuye a la presentación de cuadros diarreicos. Además en el periodo de vacaciones, explicó, los menores están en casa o salen a paseos y suelen comer fuera del hogar, en lugares con manejo poco higiénico de los alimentos.
En relación con el año pasado la incidencia se mantuvo dentro del canal esperado, pero sí hubo un aumento de casos en la temporada.
Se espera que en este mes se observe un descenso pero recordó que para ello es importante mantener las medidas de higiene ya conocidas, como el adecuado lavado de manos y conservar los alimentos en lugares frescos y limpios, además de lavar frutas y verduras, así como consumir productos bien cocidos.