La presidenta de la agrupación, Adriana Espinosa Velasco, se pronunció a favor del fortalecimiento del programa “Escuela Segura”, anunciado por autoridades educativas; sin embargo, dejó en claro que la política en esta materia debe ser integral y lo fundamental es que todos los gobiernos municipales realmente participen y los tres niveles coordinen esfuerzos. Expuso que ni siquiera todos los municipios han instalado su Consejo Municipal de Seguridad Pública, y entre los que faltan se encuentran Totolapan, Tlanepantla, Huitzilac, Atlatlahucan y Jonacatepec.
Recordó que dichas instancias operan con comités como los de vigilancia en los que son incorporados ciudadanos, como podrían ser justamente los padres de familia que pueden coadyuvar a mejorar el clima de seguridad en las comunidades, y que se considere en el panorama global los problemas de seguridad que hay dentro del ámbito escolar.
Espinosa Velasco acusó que en la mayoría de los casos se ha dejado de patrullar en la periferia de los centros educativos, y ya ni siquiera se envía a agentes de Tránsito que colaboran dando auxilio a los peatones y controlando el tráfico de los congestionamientos en las horas de entrada y salida de las escuelas.
Demandó que esta labor se realice no sólo en escuelas privadas, sino también en las públicas, sobre todo donde hay alta densidad poblacional; hay planteles con más de 200 alumnos, lo que genera que se concentren muchas personas y vehículos en un mismo punto con mayor riesgo de accidentes vehiculares o de otra naturaleza.
Comentó que hasta hace poco el municipio donde se había dado una mayor coordinación en cuestiones de prevención y protección ha sido Cuernavaca con el programa “Dare”, el cual, dijo, desconoce si continuará o no, pero que espera se le dé seguimiento.
Espinosa Velasco, consideró que la información sobre qué hacer en casos de violencia o de operativos se podría dar como parte de las pláticas de prevención.
Mencionó que hay recomendaciones u observaciones que podrían ser parte del sentido común, pero al tratarse de circunstancias que no eran habituales podrían ser útiles. Refirió como ejemplo el que se les diga a los padres de familia y jóvenes qué hacer en los retenes de revisión: como el no oponerse, si es de noche, encender la luz interior de los coches para que los pasajeros sean vistos y no confundidos, además de mostrar la disponibilidad de colaborar.
Consideró que es importante que si se realiza el “Operativo Mochila”, se siga el método que ha establecido claramente la Procuraduría General de la República, en virtud de que en años anteriores las inquietudes surgieron porque no se cumplía con la metodología adecuada, y no se les explicaba con detalle a los padres qué hacer, cómo hacerlo y cómo actuar en caso de detectar algún material o sustancia no permitidos o de riesgo en las pertenencias de los alumnos.