En uno de estos afortunados años, Francisco Arturo Barrios Martínez, “El Mastuerzo”, dice: nací en el mero Tulancingo un 23 de noviembre a la hora del almuerzo y soy antropólogo de carrera pero me describo como “psiquiatra por naturaleza”.
Llega a la Ciudad de México en 1971 para estudiar el nivel medio superior.
En 1976 forma parte del grupo “Los nakos”, que surge como brigada cultural del Consejo Nacional de Huelga del Movimiento Estudiantil de 1968, el trabajo que desempeñan muy bien se centra en la canción política a través de formas paródicas siempre permeadas de recursos teatrales, llevando a cabo distintas realizaciones discográficas y participando en muy diversas giras, festivales y encuentros de canción y teatro en Europa, E.U.A., Cuba, Centro América y, por supuesto, a lo largo y ancho de la república mexicana hasta 1984.
En 1985 se formó en México la banda Botellita de Jerez y la historia del rock en este país cambió para siempre. La unión de tres artistas inquietos y con intereses múltiples -que hacen centro en la música pero admiten la presencia de artes hermanas como la fotografía, el cine y el teatro- produjo un hecho cultural que hoy se ha tornado insoslayable si se quiere entender de qué va la cosa a la hora de analizar lo que podríamos considerar "el México profundo".
La historia cuenta que Botellita de Jerez nació como una rebelión humorística y fresca frente al rock mexicano de esa época, caracterizado por la ramplonería y la solemnidad. Con el tiempo, canciones como "La mamá de Tarzán" o "Alarma" (que luego hiciera éxito internacional Café Tacuba, una agrupación que ha declarado en muchas oportunidades ser heredera de Botellita...) comenzaron a formar parte del acervo cultural de una generación cansada no sólo de las consignas emanadas del poder, sino también de los slogans acuñados por el universo políticamente correcto. Así, con la conformación de un discurso capaz de reflejar la rabia de los seres marginales, pero sin vergüenza para mofarse de la "Maldición de Malinche", Botellita... fue la clara demostración de que la vida es demasiado dura como para tomársela en serio. Así nació el Guacarrock, un estilo y un lenguaje que cimentaron la base de la cultura joven mexicana.
Para no echar un choro más largo, como menciona El Mastuerzo, en 1996 se separa de Botellita de Jerez siendo víctima de su propio humor corrosivo. Como bien dijo el cantante de Café Tacuba a WOW, "en los últimos tiempos, la gente que iba a escuchar y a ver a Botellita iba buscando reírse más de los chistes de El Mastuerzo que tratando de entender la profundidad de las letras que cantaba el grupo".
El Mastuerzo habla de la rola para los lectores de La Unión de Morelos: la canción, dice, es un pretexto para llevar contundentemente su quehacer artístico, el oficio de cancionista, de rolero, hacia el afán de "testimoniar" y "denunciar" transgrediendo el orden, el orden vertical y caótico que niega al ser humano; lo hace a partir de sus canciones (...) sin más pretensiones que "decir" todo lo que se pueda decir de este mundo apabullante. La lírica de Mastuerzo no admite concesiones y echa mano de palabras que a priori podrían describirse como “poco aptas” para la poesía. Sin embargo, ahí está la belleza de un discurso visceral que busca en todo momento quebrar la vacuidad de los textos reinantes de letras más previsibles y por tanto más livianas de significado. Como antropólogo, encuentra en el recurso de la rola un vehículo para, sin pretensiones paternalistas, dignificar y socializar distintas formas de expresión de la cultura popular. (...) Así, haciendo uso del lenguaje callejero, a veces dicharachero a secas, grosero, prosaico, soez, digamos, casi coprofílico, escatológico e irreverente; otras tantas veces bañado por las más sublimes metáforas, logra poner a su servicio las muy diversas tonalidades del humor y el sarcasmo, demostrando que para ser serio no es necesario ser adusto y solemne." -Se ríe-
Expresando su individualidad, lanza su primera producción como solista titulada “Prohibido”, bajo el sello discográfico BMG-Culebra, que mezcla canciones con temáticas de amor, protesta, humor y sátira. Cinco años más tarde, El mastuerzo saca su segundo disco, Podrid@, acompañado por la Banda Karnede®es y la participación de su hija Valentina Barrios. Más tarde, en el 2008 lanza “Tributo a la otra Kanción Popular Mexicana”, rindiendo de esa forma homenaje a los que se dedican a la creación de la canción y al quehacer artístico.
En 2010 participó como músico, coproductor e intérprete del disco La chava de la Martín Carrera, “tributo al artista multidisciplinario que ha marcado profundamente mi vida práctica y mi oficio de hacer canciones: León Chávez Teixeiro”. Ese mismo año, escribe el prólogo del libro La ventana y el umbral, de Armando Vega-Gil, para el que también realiza una canción-prólogo titulada con el mismo nombre, con la que comienza un nuevo proyecto creativo: L@s Jij@s del Maiz.
Francisco Barrios se inmiscuye en cualquier movimiento político social que huela a injusticia, su compromiso con los que tienen “menos”.
El artista menciona que el viernes 9 de septiembre viene a Cuernavaca para presentarse en el programa de televisión por internet “La Madriguera TV” que conduce Mariposa Valladares y que se trasmite en vivo a las 6:00 pm, y en el cual hablará de lo que se cocina al momento. También dará un tokín en el Centro cultural El Manojo a las 9:30 pm acompañado por cancionistas locales como Jonathan Téllez, Ian González y en la antipoesía Mariposa Valladares. De la ciudad de México, Dylan Barroco. "¡Caigan, se va a poner bueno!," finalizó sonriente.