El funcionario federal explicó que debido al número de vehículos que circulan diariamente por el puente Palmira y ante el aforo vehicular que registra el Libramiento Cuernavaca después del distribuidor vial Palmira, es más complicado realizar los trabajos de demolición, además de que detectaron que debajo del puente hay tuberías de agua potable, lo que hará más complicados los trabajos, toda vez que éstas deben ser sustituidas de forma paulatina, para lo cual ya están coordinándose con el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (SAPAC).
Además, el funcionario aseguró que ya sostuvo reuniones con empresarios y vecinos de la avenida Palmira, directamente afectados por los trabajos, con quienes se comprometió a realizar la obra en poco tiempo para disminuir las afectaciones.
Se prevé que los trabajos de demolición y construcción del nuevo puente lleven aproximadamente tres meses, aunque Alarcón Ezeta manifestó que la segunda etapa del Paso Exprés estará lista para finales de año; en el caso de la primera etapa, que va desde Chamilpa a la colonia Flores Magón, ya tiene un avance del 95%.