Los tres coincidieron este lunes en un mismo lugar y con la misma gente.
Tres precandidatos naturales de sus partidos a la gubernatura, por lo menos el senador y el diputado federal. En el caso de Hugo, conocido en su barrio como “El Chato”, esa dualidad política le ha generado conflicto en la definición de partido.
Tienen personalidades diferentes y a su modo recorren el estado para venderse como la mejor opción. Hagamos un breve recordatorio de quién es quien.
Francisco Moreno Merino. Se trata de un joven político que en sus reuniones sociales recuerda su paso como secretario particular del fallido gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa Alcocer. Fue secretario particular del entonces poderoso líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Leonardo Rodríguez Alcaine, y cercano al finado líder del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radio y Televisión, Nezahualcóyotl de la Vega.
Moreno Merino comenzó en la administración pública en Morelos en la delegación del IMSS. Su infancia, aunque privilegiada en lo económico, le permitió cursar –por decisión paternal- por las aulas públicas, en donde, según platica, obtuvo la madurez.
Traicionado por el liderazgo priista morelense de aquel entonces, fue hecho a un lado de una diputación estatal en el último segundo. Su falta fue dejarse engañar por tercera vez por la pareja Del Valle Cortés.
Ramírez Abreu, hombre culto y bien vivido, fue acusado en su momento por Jorge Carrillo Olea de ser un ayudante del gobierno en tiempos difíciles para el poder. Sin embargo, ahora goza de buen nivel político al grado de decidir reformas importantes en el país.
Graco Ramírez tiene conciencia de la importancia de ser un hombre que construya y no que destruya para alcanzar la gubernatura. Eso tal vez ha permitido que el juicio político en contra de Marco Adame no haya procedido.
Ubicado como artífice de la Reforma Energética y de otros muchos temas trascendentes para el país, se posiciona como un político de alto nivel y respeto.
Hugo Salgado, conocido notario público, nació en situación difícil; su capacidad, talento, dominio jurídico y memoria le han permitido crecer y conocer todos los rincones del estado, sus problemáticas y posibles soluciones.
Su nombramiento como secretario de Turismo sorprendió a muchos por sus antecedentes priistas; sin embargo, ha demostrado gran capacidad de servicio.
Salgado Castañeda puede y sabría gobernar. Se le ubica como el “caballo negro” en la selección del candidato panista. Falta ver si la comunidad blanquiazul, dirigencia y militantes, lo acepte.
La única mención, con nombre y apellido, en el discurso del gobernador fue la de Gabriel Haddad. No ratificado en el actual gobierno como secretario de Desarrollo Económico, hoy reconocido por su labor por el propio jefe del Ejecutivo. Su perfil alcanza la posibilidad de llegar al Senado, la presidencia municipal de Cuernavaca, o en un descuido, la gubernatura morelense.
En fin, para muchos coincidencia; para nosotros hoy todo tiene mensaje y profundidad. Los ausentes en esta reunión: Adrián Rivera, Jesús Giles, Víctor Caballero y Manuel Martínez Garrigós.