La secretaria general del PRI, Georgina Bandera, por ejemplo, ha tenido que asomar la cabeza e iniciar su manejo mediático por sí sola; se sabe que no se le convoca, o se hace de último momento, a las actividades públicas del PRI en donde la figura del presidente no puede ser opacada.
El nombramiento en marzo pasado de Manuel Agüero Tovar, como secretario general adjunto del PRI Morelos, es un ejemplo de la falta de comunicación o alejamiento entre las cabezas del tricolor.
Mañana han sido convocados los priistas a Sesión Extraordinaria del Consejo Político Estatal después de que este viernes 15 de abril tuviera que ser suspendida su sesión entre golpes y empujones que protagonizaron –como relata el compañero David Monroy en morelosdiario.com- jóvenes priistas que intentaron entrar por la fuerza al salón Luis Donaldo Colosio, donde fueron recibidos por un grupo de choque cercano al dirigente local del tricolor, Amado Orihuela Trejo, con un saldo de un herido y un operativo policiaco que buscó inhibir los ánimos.
A los siete minutos de iniciados los trabajos, “ante tal clima de tensión, el Consejo Político Estatal fue suspendido, pues también la inconformidad de los consejeros permanentes, entre ellos, algunos ex presidentes del tricolor, fue manifiesta, al oponerse a la renovación del órgano sin que se cumplan los procedimientos estatutarios y en la total clandestinidad, gritaban”.
La fuerza que el PRI tuvo en la primera jornada electoral se vio empañada con las derrotas en Sinaloa, Guerrero y Puebla. La labor de conciencia sobre el trabajo en unidad impulsado por la ex dirigente Beatriz Paredes Rangel parece ser que en Morelos fue fugaz y no se deja ver la mano o por lo menos la presencia del actual presidente Humberto Moreira, de quien por cierto lo poco que se le conoce es su discurso provocador y ahora su campaña televisiva en donde el PRI es él y sólo él.
PAN y PRD tienen sus propios problemas y no les será fácil, nada fácil su proceso de selección de candidatos. Sin embargo, insistimos, todo apunta a que hay y habrá orden y un gran reto de demostrar madurez y unidad ante la sociedad electora. Mientras tanto, ambas fuerzas políticas deben estar valorando seriamente la posibilidad de una alianza –para muchos antinatura, pero con resultados contundentes- ante lo que parece que será una constante en la dinámica tricolor: confrontación, arrebato, jaloneo y violencia; todas ellas actitudes que no tienen que ver nada con el ejercicio democrático.