No queremos entrar en esa polémica. Lo que es una realidad es que la próxima beatificación de quien como Papa ocupara el nombre de Juan Pablo II es noticia que le da la vuelta al mundo; acaparará miles de millones de seguidores, abarrotará la Plaza de San Pedro, moverá dignatarios, personalidades, empresarios e influyentes, que se identifican en el catolicismo, de todo el mundo.
El polaco de nacimiento Karol Wojtyla conquistó al mundo en su gran trabajo e influencia en la reunificación de Europa y su trabajo a favor de la democracia en ese continente.
Mijail Gorbachov no tuvo reparo en reconocer públicamente que la intervención de Juan Pablo II fue decisiva en los acontecimientos que culminaron, en noviembre de 1989, con el derribo del muro de Berlín y con todo el sistema comunista en Europa.
Su gran influencia en el movimiento Solidaridad, junto con Lech Walesa. La reunión en privado con el presidente cubano, Fidel Castro en 1996 en Italia, que propiciara su histórica y trascendental visita a la isla el año siguiente, son tan sólo ejemplos, muy pocos pero de gran significado, de la influencia y visión de este gran hombre.
104 visitas internacionales le significaron la aceptación del mundo. Cuatro de ellas a territorio mexicano; la primera, inolvidable –todavía se crispa la piel- en 1979. Su arribo, recuérdelo amable lector, al bajar la escalerilla que conectaba con el avión, se arrodilló y besó el suelo mexicano.
También hay duda y rechazo en sectores eclesiásticos y entre quienes denunciaron durante su pontificado abusos contra menores cometidos por el fundador de la Legión de Cristo, Marcial Maciel. Alberto Athié, ex integrante de esa orden, manifestó que la “omisión de pederastia clerical durante el pontificado de Juan Pablo II, tanto en relación con algunos obispos como en el caso de Maciel, son argumentos muy fuertes” para poner en entredicho la pertinencia del proceso.
La ceremonia durará en total tres días; iniciará con una vigilia en el Circo Massimo de Roma el 30 abril, después la misa solemne en la plaza de San Pedro el 1 de mayo donde se canonizará al Papa y la Misa de Acción de Gracias que se realizará en El Vaticano el 2 de mayo. Los restos del papa Karol Wojtyla (1920-2005) podrán ser venerados después de seis años de su muerte en la basílica de San Pedro por todos los fieles sin un límite de tiempo. El papa Benedicto XVI oficiará la ceremonia de beatificación a las 10:00 del domingo 1 de mayo a la que podrán asistir todos los fieles que lo deseen, ya que la participación es libre y no estará regulada por entradas. Cuando Benedicto XVI lo proclame beato, se descubrirá un gran retrato de Juan Pablo II colocado en el balcón principal del templo y se cantará el himno del beato, en latín. Varias decenas de cardenales celebrarán la misa junto al Papa y la comunión será repartida por unos 800 sacerdotes.
La iglesia católica, en su larga historia de cerca de veinte siglos, ha visto elevados a sus altares hasta 91 pontífices (hasta 1899), de los 262 sucesores de San Pedro, contándose hasta 82 Papas santos, seis beatos y tres venerables.
La serie de milagros que se le adjudican, incluido el de la religiosa Marie Simon-Pierre, sin duda lo ubicarán como beato; y comenzará el proceso, que será lento y muy debatido rumbo a la Santificación. Pero Karol Wojtyla, Juan Pablo II, para muchos, será recordado por su cercanía con México y su gran labor política a favor de la humanidad.
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Hey
Sólo una precisión, Alberto Athié fue sacerdote diocesano, no legionario. Compartelo!