¡A mí déjame con mi pluma y mi papel! ¡Me acomoda el gis y el pizarrón! ¡Mi agenda es la memoria! ¡Yo entiendo mis anotaciones y no me insistas en esas cosas, respeta mi edad! ¡Con todo y tus aparatitos yo me organizo mejor que tú! ¡A eso yo no le entiendo! Seguramente estas frases y muchos otros cientos similares, escuchamos en la familia, en esa batalla entre padres e hijos, hermanos jóvenes y mayores, parejas y demás. En el trabajo, la lucha es más radical, los jóvenes que por naturaleza ya ocupan los elementos de la digitalización para realizarlo contra los tradicionalistas que se niegan y que desafortunadamente quedan y quedarán en un rezago involuntario.
Las instituciones educativas, desde la preescolar hasta el posgrado, están prácticamente sumergidas en los sistemas digitales para la educación y la preparación de sus mentores y catedráticos. Los exámenes son aplicados y calificados prácticamente de manera inmediata, en el tiempo que lleva la lectura de los datos vertidos, en cuestión de micras de segundo.
Por ello es de recoger y resaltar el anuncio hecho por Teléfonos de México, en el sentido de que construye en el país una red de fibra óptica que llegará a un millón de hogares mexicanos para este año, lo que aumentará hasta diez veces la velocidad de la conexión a internet.
La nota publicada en el diario El Universal, en su espacio virtual por cierto, explica que la red en desarrollo ha alcanzado hasta el momento a miles de hogares y el proyecto se realiza en conjunto con la empresa parisina Alcatel-Lucent, según reveló al portal financiero Bloomberg una fuente cercana al plan.
40 ciudades se verán beneficiadas de manera inmediata; la empresa anuncia el servicio Totalplay, que incluye telefonía fija y móvil, internet y televisión de paga.
Con el nuevo proyecto la telefónica podrá ofrecer velocidad de internet desde 10, 20 y 50 megabytes.
Por supuesto que entendemos la carga publicitaria de la nota, sin embargo no deja de ser noticia el que un millón de casas en el país será beneficiaría, clientes cautivos y con ello una oportunidad para quienes en ellas habiten, de vivir en la vida digital que nos ha rebasado.