Ante los resultados, el Consejo de la Judicatura emitió una nueva convocatoria con la cual, palabras textuales del magistrado presidente, “los aspirantes reprobados tendrán una segunda oportunidad para aprobar la etapa de las pruebas de control y confianza”. Según explica el titular del Poder Judicial de Morelos, la nueva convocatoria será más flexible en la designación de los próximos jueces. “La anterior convocatoria tenía parámetros rígidos y aislados, y en esta ocasión, la nueva tiene un sistema gradual que permitirá una evaluación integral del aspirante”.
Imagine amable lector, con estos antecedentes, la crisis por la que atraviesa nuestra sociedad: fueron 118 los aspirantes originales a la tercera etapa, es decir, después de la aplicación del examen de control y confianza, una sola persona, según estos resultados, estaría en posibilidades de alcanzar la delicada y alta responsabilidad.
Al inicio del próximo año deben iniciar tribunales en Morelos bajo este esquema; actualmente solamente se aplica en Cuernavaca y Yautepec. La mayoría del territorio en Morelos continúa bajo el sistema tradicional, pero los cambios deberán sujetarse a lo mandado por ley a partir del 1 de enero próximo.
A los 19 jueces encargados de aplicar la justicia en zonas de alta densidad poblacional, se habrán de integrar los 13 que se supone ya deberían estar listos para iniciar la última etapa previa a su aceptación.
Catalina Salazar González, fue quien pasó las pruebas de control y confianza, actualmente es interina como juez segundo menor de Atlacholoaya. Ella continuará según los parámetros de la convocatoria a la cual acudió y cumplió; seguramente, alcanzará uno de los codiciados espacios.
Los reprobados son Uriel Ramón Villanueva, Leticia Damián Avilés, Sergio Segura Malpica, Teresa Soto Martínez, Arturo Ampudia Amaro, Cita Peláez Morales, Katy Lorena Morales Becerra, María del Carmen Sánchez Sánchez, Agustín Villalobos Salgado, Luis Enrique Guevara Sariñana, Roberto Soto Castor, identificado como novio de la diputada Hortencia Figueroa; Juan Andrés Peñas Rodríguez y Nancy Aguilar Tovar. Todos ellos, según expresó el magistrado presidente, podrán volver a participar pero bajo requisitos más flexibles aunque serán sometidos de nueva cuenta al mismo examen ya reprobado.
Nos preguntamos, ¿a Catalina se le tendrán u otorgarán beneficios ante su ventaja? ¿La confianza, según fue lo medido y reprobado de los otros 14, puede recobrarse en un mes? ¿La flexibilización de un proceso o una convocatoria para encontrar a juzgadores honestos, precisos, transparentes, garantes, es la salida o la alternativa idónea para otorgar esos puestos?
El Poder Judicial de Morelos apenas acaba de concluir una etapa sumamente difícil bajo el liderazgo o control de Ricardo Rosas Pérez; no es momento, ni ahora ni nunca más, para volver a estrategias incorrectas que validen el arribo a cargos de responsabilidad pública. En la misma dimensión debemos ubicar la flexibilización de una convocatoria que fue clara, pública y oportuna.
En el aire
Horas por demás difíciles las que vivió el empresario Jorge Hank Rhon, sus detractores no alcanzan a dimensionar lo sucedido: en menos de tres días fue culpable e inocente. Las columnas, opiniones y señalamientos sólo apuntan a una farsa que puso en entredicho al Ejército Mexicano, a la Procuraduría General de la República y la General de Justicia del estado de Baja California, por supuesto al gobierno federal.
En Morelos debemos sumar la muy lamentable lentitud en la investigación y el silencio por parte de las autoridades involucradas y señaladas en el caso de Jethro Ramsés Sánchez Santana. Piedad es el grito de desesperación de su familia; a esa desesperación nos sumamos en la esperanza de que nadie más la viva.
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