Jugar en mancuerna, de consolidarse la postulación presidencial, con Peña Nieto, sería un factor positivo para cualquier candidato, independientemente de ir por una gubernatura, presidencia municipal, curul federal o estatal, senaduría y hasta en su caso regiduría. La tendencia triunfadora del Partido Revolucionario Institucional aunque no es garantía, es tentadora plataforma para el arranque, seguimiento o culminación de carreras políticas.
En el PRI, insistimos, aunque faltará un largo trecho para el amarre de una candidatura que ha sido bien trabajada y estructurada con estrategia, la figura del político mexiquense significa para muchos, cercanos y lejanos, una oportunidad única. La reconquista de la Presidencia de la República, ante el grave momento de inseguridad que cruza México y el derramamiento de sangre de víctimas inocentes, además del conflicto al interior del Partido Acción Nacional que ha suscitado la nominación presidencial, son factores que abren no una puerta sin el portón principal de Los Pinos a los huéspedes originales.
Antes que panista soy un demócrata, aclara el presidente Felipe Calderón al ser cuestionado sobre la contienda interna del Partido Acción Nacional; aunque se muestra confiado en que el PAN triunfará en la siguiente justa electoral se dice respetuoso sobre los precandidatos del blanquiazul.
“México está por encima del PAN y, segundo, antes que panista soy un demócrata y lo que vale es lo que los ciudadanos decidan. Si el PAN gana, es porque su candidato y su propuesta pudo ser superior a los ojos de los ciudadanos, al candidato y las propuestas de otros. Pero si no lo hace, es la decisión ciudadana, y si se presentan elecciones limpias, porque en ello está comprometido”, complementó Calderón. ¡Bienvenida la democracia!
El discurso es por demás obligatorio, aunque seguramente ha de molestarle a aquellos que insisten en que el primer mandatario, emergido de un instituto político, debiera ser el principal promotor de esa ideología e inclusive hacer abierta campaña, al estilo norteamericano.
En plena fecha patria, la sucesión en el Estado de México se vivirá. Será una ceremonia a la cual se darán cita los vigentes, los de antaño, los del futuro. Extrañamente a lo que nos tiene acostumbrados la actualidad política ante el desgaste de los gobernantes, sin menoscabo del gobernador electo, la figura saliente, de quien culmina su gestión, es el gran atractivo. La ceremonia del Grito de Independencia será el marco; corresponderá a Peña Nieto vibrar y hacer vibrar a los de la Plaza, quien arriba, Eruviel Ávila, habrá de esperar un año para vivirla, pero a cambio recibirá la estafeta de mando a las cero horas del 16.
Ambos, excepcionalmente insistimos, compartirán el triunfo convertido en continuidad y proyección.
La ceremonia de toma de posesión ante el Congreso del Estado se realiza durante el día 15, pero inicia sus funciones en el primer segundo del 16 de septiembre. No existe protocolo para el caso del momento del encuentro en el balcón central del Palacio de Gobierno.
Los antecedentes marcan escenas en donde el saliente invita al balcón al entrante. En otra ocasión el saliente ha aparecido solo, podría darse el caso en donde nuestra bandera pueda ser ondeada por los dos. Sin lugar a dudas será un momento, por el saliente, de alto nivel y de gran impacto.
Al finalizar el día 15, ambos personajes habrán de retirarse al despacho del Gobernador. La entrega de la llave del escritorio de esa oficina marca simbólicamente, el fin de una etapa y el arranque de un nuevo sexenio. En esta ocasión también significará una nueva etapa de una intensa campaña que intentará alcanzar la Presidencia de la República.
Los nuestros, los de aquí, por supuesto que estarán atentos a la ceremonia y a la invitación. A los priistas morelenses les será más agradable la fría ciudad de Toluca aunque los aspirantes a alguna posición electoral, más por obligación que por gusto, tienen que cumplir con su presencia en Palacio de Gobierno o en sus respectivos municipios morelenses. Se deben a la sociedad que votará por ellos.
Ya estaremos mirando en las redes sociales, las fotografías que en segundos lograrán aquellos que estrechen la mano de su candidato. Sabremos qué políticos de Morelos prefirieron la cercanía con “el posible”, que con “los posibles” votantes.
La clásica pregunta ¿en dónde darás el grito? Hoy aplica para aquellos que van a votar por él, pero también que buscan el voto de nosotros. Y que conste, no es cuestión de envidias porque estamos convocados a Toluca. Ya nos tocará contestar, aunque nuestra posible presencia no compromete nuestro sufragio y tampoco buscaremos el de nuestros ciudadanos.
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