Apenas el 3 de septiembre, en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres fue escenario del homenaje por el 32 aniversario luctuoso del general Marcelino García Barragán, cuyos restos están depositados en ese lugar.
El gobernador Emilio González Márquez encabezó la ceremonia y el discurso para recordar la trayectoria del ilustre jalisciense estuvo a cargo de su bisnieto Fabián García González, hijo del hoy ejecutado.
De su bisabuelo dijo: “fue un hombre con las características de quienes llevan el sello de los hombres elegidos. Un revolucionario en la búsqueda de libertad y justicia para el hombre, velando siempre por la consolidación de una patria digna”.
Para el joven García González seguramente será difícil, al ver a su padre abatido, encontrar congruencia cuando del General aseguró: “fue un hombre convencido en que la identidad de un país nace en la educación y en el momento en que conocemos nuestra historia. Un pueblo educado con principios, formado con valores como el honor, la lealtad y la disciplina. Un pueblo preparado para enfrentar los retos del desarrollo”.
El joven político, dirigente del Frente Juvenil del PRI en Guadalajara, recordó el paso por la gubernatura de su bisabuelo entre1943 a 1947.
Este mismo joven, perdió a su abuelo, don Javier García Paniagua en noviembre de 1998. A él también se le ubica como una de sus figuras más representativa, querida y respetada. En el acto conmemorativo de su 12º aniversario luctuoso, Francisco Javier García González fue el orador principal.
El colega Francisco Cárdenas Cruz al saber de su muerte expresó: “Hombre en toda la acepción de la palabra, valiente, decidido, respetuoso, de enorme sensibilidad política, una lealtad a toda prueba y poseedor del recio carácter que le mereció reconocimiento y un lugar de privilegio y que lo llevó a contar con legiones de amigos, admiradores y simpatizantes y también, por qué no reconocerlo, con no pocos enemigos.
García Paniagua hoy, como Luis Donaldo Colosio y don Jesús Reyes Heroles ayer, y como muchos otros mexicanos nacionalistas que se han ido en las últimas décadas, le hará falta a los suyos pero también, y sobre todo, a una nación que carece de dirigentes con características singulares, como las que al jalisciense le sobraban: respeto ciudadano, carisma y liderazgo personal y político.
A diferencia de la endeble ideología partidista que hoy se padece, Javier García Paniagua jamás dudó un instante en alejarse o renunciar a cargos públicos y partidistas cuando estuvo en desacuerdo con el Presidente de la República en turno –nos recuerda el articulista- fuera Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid –ante el que perdió la postulación presidencial priista en 1981- o Carlos Salinas de Gortari, porque jamás confundió lealtad y disciplina con sumisión o abyección.
De marzo de 1977 a agosto de 1978 fue titular de la Dirección Federal de Seguridad de la Secretaría de Gobernación cuando Reyes Heroles estaba al frente de esta dependencia y, hasta abril de 1980 subsecretario de la misma, de donde después salió para hacerse cargo de la Secretaría de la Reforma Agraria y de ahí a la presidencia del comité ejecutivo nacional del PRI. Desde ese cargo partidista, y contra lo que había sido inusual, García Paniagua se convirtió, de manera casi natural, en precandidato presidencial, en cuyo proceso llegó en 1981 a la recta final con quien finalmente fue nominado Miguel de la Madrid.
Javier García Morales, quien cayera abatido ayer a los 58 años de edad, alcanzó la Secretaría General del PRI en Jalisco. En 2000 la Procuraduría General de la República lo señaló, investigó a Javier García Morales, por su presunto vínculo con el narcotráfico junto con los generales Francisco Humberto Quirós Hermosillo y Mario Arturo Acosta Chaparro, detenidos por la Procuraduría de Justicia Militar de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Nunca se le pudieron comprobar las acusaciones formuladas en el sexenio de Vicente Fox Quesada, quien, recordemos, intentó cobrar viejas facturas, de forma por demás incorrecta, a funcionarios del Partido Revolucionario Institucional.
Muy duro golpe a la clase política. A la familia priista. A los cercanos a los García Barragán, García Paniagua, García Morales y García González.
Francisco Javier, líder de las juventudes tricolores en Jalisco, tiene triple reto: echar para adelante el momento del luto, reivindicar el nombre de su padre y sacar la casta.