Cada apertura de sesiones es un gran volado ante la incertidumbre que genera el control del poder y por supuesto la búsqueda, ahora, de las decisiones que involucran a la Cámara de Diputados en la sucesión que se definirá el próximo año.
Apenas el 15 de septiembre de 2010, los mismos diputados que hoy alegan y buscan a toda costa adecuaciones legales reformaron el artículo 48 de la Ley Orgánica del Congreso del Estado de Morelos, y ese mismo se redactó, obvio, previo debate, acuerdos, negociaciones y votación, para quedar como se transcribe: “La responsabilidad de presidir la Junta Política y de Gobierno tendrá una duración anual. Esta encomienda se desempeñará sucesivamente por los coordinadores de los grupos parlamentarios en orden decreciente al número de legisladores que los integren, siempre y cuando cuenten cuando menos con tres diputados de la legislatura”.
Al final del camino, a menos de un año del proceso electoral, al Partido Revolucionario Institucional ya no le conviene adecuarse, mejor dicho, respetar la ley vigente. En votación calificada, es decir, con las dos terceras partes de los diputados, intenta una reforma a este mismo ordenamiento que privilegie el control del Legislativo desde la Junta Política y de Gobierno.
Pero cuál es el botín, cuáles los privilegios o alcances de esta Junta como para arriesgar prestigio, hacerse notar como ventajosos ante la sociedad y sus familias, vulnerar lo que hoy es ley pero puede modificarse.
Las atribuciones de la Junta Política y de Gobierno son varias, diversas, todas ellas importantes, pero sus decisiones deben alcanzarse por consenso y en caso de no darse, por mayoría ponderada, con el voto que representa cada uno de los diputados que la integran. De esta forma, independientemente de quien sea el director de la orquesta, no habrá una sola nota entonada sin el voto de por lo menos 20 legisladores allí representados.
Hay varios caminos:
El más vulgar, simplemente modificar el artículo 48 de este ordenamiento y adecuarlo al gusto del partido mayoritario para que permanezca en el control de la Junta.
El vulgar aún, pero caminado con estrategia. Menospreciar a la Junta Política y de Gobierno y aprovechar la olvidada y congelada Conferencia para la Dirección y Programación de los Trabajos Legislativos, contemplada en el capítulo uno del título séptimo, que se integra con el presidente del Congreso del Estado y los miembros de la Junta Política y de Gobierno.
Según reza el artículo 42, a sus reuniones podrán ser convocados los presidentes de comisiones y los titulares de las unidades administrativas a que se refiere la ley de la materia cuando exista un asunto de su competencia,y tendrá como objetivo cuidar la efectividad del trabajo legislativo, administrativo y financiero del Poder Legislativo.
Un tercero, pero por demás corriente. Plasmar en ley la desaparición de la Junta Política y de Gobierno.
Los 16 integrantes del Partido Revolucionario Institucional caminan en cualquiera de esos sentidos, so pena de no tener oportunidad inmediata electoral. La sanción podría extenderse a una administración gubernamental que ellos ven segura a partir de diciembre de 2012 bajo sus siglas.
Secreto a voces es el voto a favor de estos cambios de los diputados Luis Arturo Cornejo, de Movimiento Ciudadano; Othón Sánchez, de Nueva Alianza; Fidel Demédicis, del Partido de la Revolución Democrática; Tania Valentina, del Trabajo; y los dos legisladores del Verde Ecologista, Javier Estrada y María Alejandra Vera.
Apenas la víspera la postura de esta mayoría compuesta ha advertido que no será aterciopelada ni fácil la integración del presupuesto 2012, además anunció la orden que se ha dado a la Auditoría Superior Gubernamental –no sabemos si será con o sin Casamata- de que se revisen los números del Sistema Integral de la Familia estatal; sólo así, sin mayor detalle, se hace pública esta decisión. ¿Quién podría solicitar lo propio para este poder?
El Partido Acción Nacional, aunque se opone tajantemente a esta maniobra, ha de quedarse solo. Trascendió que la actual titular de la Junta, Hortencia Figueroa, fue convocada a compartir una “tacita de café”, en el Restaurante del Hotel María Cristina, por el representante de la fracción blanquiazul, Luis Miguel Ramírez Romero, para hacerle entender de la necesidad de dejar el cargo. A lo cual todo apunta que obtuvo por contestación: “¿No sería mucha molestia?” y “Después de usted”.
Así, como “la vecindad del Chavo”, y nos referimos a la serie cómica de televisión, debemos ver al Congreso del Estado de Morelos. A veces se les “chispotea” y otras “no les tenemos paciencia”. Y a nosotros, ¿quién podrá defendernos?