No dudamos que existan las facultades legales para tomar tal decisión; sin embargo, consideramos cuestionable que si el calendario escolar 2011-2012 establece solamente el día de asueto obligatorio en dos de noviembre, bajo qué criterios, con qué necesidad que amerite alejar a los chicos de las aulas se define unilateralmente su ausencia.
A todos, por supuesto, nos encantan algunos días de asueto, alejarnos de la rutina, y “escaparnos” para algún lugar que nos regale esparcimiento y tranquilidad. A otros, por supuesto que en base a sus creencias religiosas, les permitirá dedicar más tiempo para sus antepasados y en el arreglo de ofrendas, tumbas, recepción de familiares o en su caso el traslado a lugares distintos al de Morelos.
Nuestras tradiciones deben conservarse, fortalecerse e impregnarse en las nuevas generaciones; ésa es una tarea obligatoria en cualquier comunidad que se respete y quiera trascender. La educación, por su parte, es una obligación del Estado que, en apoyo a la familia, otorga a sus sociedades para su mejor preparación y por ende crecimiento. Ambas actividades y obligaciones se complementan y se suman.
No encontramos, a pesar de la fuerte tradición y presencia de la religión católica en Morelos, una justificación suficiente para alejar de las aulas, un día entero, a los educandos de los niveles citados. Tal vez se les facilite a los padres de familia la organización de sus actividades en estos días especiales, aunque a otros se las dificultará; lo increíble es que se ocupen horas dedicadas y definidas para la educación para distracciones que además nada garantizan que estarán enfocadas a la cultura o a la buena orientación.
De 365 días calendario, al restar los fines de semana, sin vacaciones, puentes, pretextos como el que nos atiende, enfermedades, paros, enojos o ausencias magisteriales, se deben cumplir 200 días en el año. Poco se abona a esta necesidad y obligación otorgando suspensión de actividades bajo cualquier circunstancia que, como ésta, no se justifica ni por asomo.
La circular establece una serie de condicionantes:
a) Habilitar horarios extraordinarios que, de ser indispensables, permitirán recuperar las actividades escolares.
b) Reducir durante el ciclo escolar la realización de actividades que pueden ocasionar interrupciones al desarrollo de los planes y programas de estudio, como convivios, festivales y otras actividades no curriculares.
c) Promover que en algunas escuelas primarias algunas de las sesiones del Consejo Técnico Consultivo se celebren fuera del horario de la jornada escolar.
d) En general, entre otras actividades, reducir o simplificar las cargas administrativas de los maestros, a fin de alcanzar más horas efectivas de clase que permitan lograr la prestación del servicio educativo con mayor pertinencia y de manera más eficiente.
¿Es necesario todo este mecanismo a cambio de un día de asueto extraordinario? ¿Es una petición de los alumnos, de los padres de familia, de los maestros, del personal de confianza o sindicalizado? ¿Es una decisión unilateral de la autoridad?
Ahora entendemos –con estas prácticas en el nivel escolar que se transforman en vicio-- el porqué el aparato Judicial, algunos espacios del Ejecutivo, del Legislativo, ya ni hablar, suspenden actividades sin recato alguno. Desde el pasado viernes, al finalizar la jornada, y hasta el próximo jueves reiniciarán actividades.
Imagine usted, amable lector, que alguna persona inocente, en pleno proceso –aunque sabemos que existen guardias--, ante la carga de trabajo, deba postergar su salida de algún penal u obtener una resolución favorable, casi una semana, por estas decisiones que nosotros consideramos como corruptas. Algún trámite civil, pago de derechos, compra ventas, arrendamientos, pago de impuestos, en fin, toda la actividad se detiene por una costumbre acendrada pero que no tiene nada de positivo.
Y ya viene el puente largo del 20 de noviembre, el 12 de diciembre que cae en lunes y de inmediato la temporada vacacional decembrina. ¿Usted cree, en verdad, y la cuestión es extensiva a Felipe Rodolfo Sedano, que en ese tiempo se cumpla con la pérdida de todos los días que se contemplan para faltar y los que la autoridad decida extender?
Por lo pronto, la “Primaria 20 de Noviembre” de Cuernavaca amenaza con tener graves problemas ante las acusaciones en contra de su director, Javier Bahena, por parte de padres de familia. Los señalamientos no son menores; se habla inclusive de asuntos sexuales y de embriaguez por parte de algunos maestros.
Pero así nos la llevamos, entre puentes, pintas, paros, acusaciones y en ocasiones como ésta un bellísimo acuerdo unilateral bañado de tradición. Y lo olvidábamos, falta ver si en verdad las reuniones –dicen que de actualización-- de todos los viernes de fin de mes continúan en la generación de ausencias o salidas tempraneras.