De esta manera, transcendió que se requiere de poco más de un millón de pesos para reactivar las actuales instalaciones, que se ubican en la calle Matamoros, de la cabecera municipal, que para este momento ya son obsoletas para la matanza segura de animales.
“Actualmente sí llegan a matar ahí entre dos o tres animales, pero normalmente operan seis mataderos particulares que son supervisados por las autoridades sanitarias”, dijo el alcalde.
Agregó que por ello la necesidad de ofrecer al sector ganadero y a la propia ciudadanía un rastro que cuente con las especificaciones sanitarias debidas, un rastro TIF (Tipo Inspección Federal), aprovechando programas federales con el objeto de destinar recursos para la inversión que se requiere para modernizar las instalaciones que existen y así garantizar la matanza en el municipio.
Entre los trabajos que se pretenden realizar en el actual rastro municipal es el acondicionamiento del espacio, el depósito de los desechos líquidos y sólidos, así como los carriles, mosquiteros, herramientas, entre otros.
El coordinador de Protección Sanitaria de la JS-I, Gilberto Benítez Colín, descartó que en la región existan casos de enfermedades relacionadas con el consumo de carne contaminada; sin embargo, sí se debe de garantizar el producto que las familias llevan a su hogar.
El munícipe dijo que se trata de un proyecto municipal, ya que del proyecto regional que pretendían impulsar autoridades estatales no hay avances, por lo que de manera directa comenzaron ya a realizar trámites y mesas de trabajos a fin de poder concretarlo y aprovechar los proyectos federales para la inversión necesaria.