Pescadores establecidos de ambos embalses aseguran que esa práctica prevalece y afecta su actividad.

Coatetelco.- La pesca furtiva sigue siendo una de las principales problemáticas para los integrantes del Grupo de Pescadores de los dos lagos Coatetelco y el Rodeo, señaló Abel Galicia Santana, representante de esa agrupación.

Recordó que la agrupación que representa cuenta con un permiso de pesca federal que expide la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca). “Nosotros cumplimos con los requisitos para adquirirlo, pagamos los impuestos que establece la ley y nos regula la dependencia federal. El permiso vence hasta el 2024, pero los pescadores no quieren integrarse porque no quieren cooperar, por lo que no respetan el reglamento y eso provoca que disminuya el producto en las lagunas de Coatetelco y El Rodeo”, dijo.

Galicia Santana recordó que a esos embalses acuden a pescar personas de otros lugares. “Viene gente de otros lugares a pescar sin ningún problema; nosotros nos a pegamos a los reglamentos, cada año sembramos alrededor de 600 mil crías a un costo de 70 mil pesos, mientras que los pescadores furtivos extraen el pez sin ninguna restricción y sin cumplir con ninguna medida”, añadió.

Mencionó que los pescadores furtivos son personas de la misma comunidad o de pueblos vecinos que entran y se llevan el pescado sin cumplir con el reglamento. “Es una problemática de muchos años atrás; hemos solicitado en reiteradas ocasiones la intervención de la Conapesca, sin respuesta. Pueden llevarse de dos a tres kilos de producto para el auto consumo; sin embargo, los pescadores furtivos no respetan horarios de pesca ni volumen”, señaló.

Reconoció que es mucho más rentable ser pescador furtivo, pues no cumplen con nada ni generan gastos. “Nosotros hemos tratado de aguantar, hacemos las aportaciones, pagamos permisos y compramos los organismos para sembrar y que siga la producción de pez, pero a veces no logramos recuperar ni la inversión por la escasez de producto”, apuntó.

Mencionó que algunos pescadores han viajado a Estados Unidos en busca de una mejor economía, pero en su mayoría todos se encuentran activos, trabajando para mantener la pesca.