Pero el ataque a estos niños sólo por una seña, de auto a auto, supuestamente, es un acto atroz. Éste puede ser de los eventos más graves donde se involucran armas de alto poder, grupos seguramente vinculados al crimen organizado, y refleja el estado de ánimo de los que con facilidad “jalan el gatillo” y se han apoderado de calles, colonias, ciudades, estados y país. Es donde mayormente se descalifica la guerra contra el crimen organizado desde el gobierno federal, con decenas de miles de muertos.
Se acabó aquel dicho mafioso de “niños y mujeres no”. Se terminó. Hay lugares que siguiendo la nota roja indican que son “focos rojos”. Uno de éstos es Temixco y son colonias bien señaladas, donde vive en su mayoría gente de bien. Pero es territorio de otros y el reflejo es tal que no valen palabras ni letras.
Habrá que hacer un decálogo todo lo contrario al del comportamiento de los civiles en retenes militares. Ahora es manejar, espejeando pero sin voltear a ver a los costados. Se terminará con el saludo afectivo de silbidos y gritos con los amigos. Eso tampoco es cualquier cosa, se trata de ir perdiendo identidad, sentido de pertenencia, orgullo. En fin, la lucha es dura pero habrá que librarla. La sociedad no va a enfrentar a estos grupos criminales. Hablamos de la pelea por no perder bienes tan preciados, heredados por generaciones, como los arriba mencionados, sobre todo identidad y sentido de pertenencia.
De Laura Ocampo
Es difícil calificar quién es más morelense que otro, pero tiene razón Laura Ocampo Gutiérrez en lo que dice. Involuntariamente, con el columnista apresurado, omitimos subrayar sobre su reconocida oriundez, arrocera por cierto. Lo del ombligo es solamente la ratificación. Le dejamos un saludo cariñoso, como siempre, a Laura y de paso lo ampliamos con su familia, jojutlense de cepa pura.
Éste es su texto, cortito pero contundente:
Hola, buenos días, sólo te envió correo para decirte que yo también soy morelense y por fortuna jojutlense yo si se dónde está mi ombligo. Saludos.
Toma de Partidos
Ni quien se asuste que militantes inconformes con las decisiones cupulares de los partidos políticos ocupen las sedes físicas de las dirigencias locales. El PRD-Morelos está tomado. No es quiénes sean los que se metan en el inmueble sino las razones de fondo. En el PRI lo acaban de vivir, se apretaron duro y lograron medio acomodar las piezas. Hoy es en el PRD, donde parece complicado si en el coctel de decisiones –es el PRD y sus partidos aliados más Morena-- se equivocan. Los procesos han sido atropellados en PRI y PRD. En el primero, luego del “entre” inicial, lo demás ha transcurrido con calma, pero viene Cuernavaca y las diputaciones locales; ahí tendrán que ser además de convincentes, hábiles negociadores los que se involucren.
En el PRD son Fidel Demédicis y Graco cabezas de grupos fuertes al interior que lograron ponerse de acuerdo, ellos, pero dejaron sueltos a todos los demás. Por lo tanto no se avista una solución tranquila. Todos reclaman sus derechos. Hay entre ellos gente como Mario Rojas Alva, fundador del partido y siempre de izquierda. Pero Rabindranath Salazar Solorio entra en desesperación y puede frustrar más los planes de Graco y amigos. No está fácil, pero lo tendrán que intentar. Faltan muchos eventos por recorrer en tan corto tiempo.