Las denuncias contra la Dirección General del Transporte no han parado, se acumula información y sobran “las fuentes”. Es una dependencia que hiede, donde la corrupción es abierta y la impunidad más.
Que eran de 450 a 650 las concesiones de taxis de Cuernavaca ya listas fue detenido presuntamente a partir de que esta columna lo comentó. Lo lógico es que Francisco Alva Meraz o el mismo secretario general de Gobierno lo desmienta o coloque en el foco de la evidencia al que lo escribe. Esto permitirá ahondar más allá de lo que se ha hecho público. Si no es Alva Meraz, ¿quién? Se hablaba de alrededor de 37 millones posibles que se aplicarían en campañas del Partido Acción Nacional localmente. Si están entre 450 y 600, la dejamos en 550 como media, de cincuenta mil pesos; nos quedamos en 27 millones 500 mil pesos.
Y suponiendo, aunque no lo creemos porque estaríamos ante una banda bien organizada desde la oficialidad, que de los alrededor de mil permisos apócrifos de taxi que circulan en la zona metropolitana a un precio de cinco mil pesos por semestre, lo que le suma a lo anterior un millón de pesos al año, pareciera peccata minuta. Pero hay más negocios que hemos empezado a leer. Los propios dirigentes transportistas lo han dicho a los medios: la revista mecánica.
Una ojeadita:
En Cuernavaca hay aproximadamente seis mil taxis que con el resto en la entidad hacen un total –también aproximado-- de 14 mil 500 unidades sin itinerario fijo. La revista cuesta oficialmente 125 pesos cada seis meses, pero son una cantidad menor los que la cumplen rigurosamente. Por burocracia y pérdida de tiempo y dinero, los dirigentes y concesionarios comunes optan por la manera más simple: entregar 350 pesos en paquete por cada unidad y si de taxis hablamos, haciendo a un lado el recibo oficial de 175 pesos, que “por fuera” los muchachos de Alva Meraz reaccionan al pitazo inicial de 225 pesos que en una simple multiplicación con el total de estas unidades les da cuatro millones 462 mil 500 pesos. Al año solamente duplíquenlo: ocho millones 925 mil pesos.
¿Cómo los reparte? Ya se sabrá. Primero desde el jefe de la revista mecánica, el profesor Enrique Mariaca Uribe –paisano de Alva, del mero Emiliano Zapata, para variar-- que así está inscrito en la nómina pero no va más que por las tardes a recibir “el encargo” que realizan empleados de oficina. Seguro que sube con su amigo y jefe a arreglar los asuntos. El trabajo que no descuida y lo hace con devoción es en el CECyTE de Emiliano Zapata y damos por hecho que lo que le paguen de quincena no le interesa. La revista mecánica es un extraordinario negocio.
Agregamos las rutas, muchas que se deshacen por las avenidas de nuestras ciudades, colonias y pueblos. ¿Cuántas habrá? ¿Qué número no pasa la elemental revisión mecánica? Nos encontramos con 20 rutas, una interescolar y algunas dos más en la zona conurbada de Cuernavaca. Vamos a Cuautla, Jojutla, los altos, el surponiente, el oriente, el norte con Tepoztlán y Huitzilac. ¿Cuántas unidades son? Miles. Ésas no tenemos el dato exacto pero si los taxis le entran con 350 pesos, aquí las exigencias pudieran ser mayores y hablamos de otra cifra millonaria que pronto les compartiremos.
Y dicen que hay más:
Las concesiones supuestamente deben renovarse cada siete años y muchos de los beneficiarios se van de esta residencia o fallecen. Entonces empleados del transporte las invalidan si se presenta algún reclamo y luego las venden. Negocio redondo del que cada vez aparece más materia y los drenajes saturados los echan a la intemperie con sus consecuencias ecológicas.
Una de las fuentes dice que se detuvo la entrega de concesiones, pero hay que estar atentos a que lo que hagan sea de acuerdo a las leyes. Lo que sí auguramos es que Pancho Alva Meraz, que alguna vez fue decente contador y mediano árbitro de futbol, ha sido un excelente negociante desde el servicio público. Y eso se carga. Ojalá nos equivoquemos y nada sea cierto, pero el hedor nos indica lo contrario. Sí, apesta por ahí…