Nos referimos específicamente a Cuernavaca, donde todo indica van a llegar hasta el último punto que marcan sus propios reglamentos. Es complicada la famosa unidad en torno a Jorge Morales Barud como en el CEN lo indicaron, se han polarizado los aspirantes y así las cosas todo lleva a la última instancia: qué tiene cada uno para aportar y esos ejercicios se basan en la realidad: el salario de acuerdo al trabajo. Los puntos según el capital.
Lo demás es paja, existe el derecho partidario para que se inscriba el que quiera, pero en la realidad cada uno conoce tamaños y posibilidades. ¿Quiénes pueden ser candidatos en esta capital por el PRI? La lista se hace larga y los tiempos cortos, así que la prisa corre. El trabajo de partido es importante, también lo que se haga en el ámbito de la sociedad. A la mayor parte de los aspirantes se les conoce, habrá uno, un señor Mejía que no tenemos referencia de actividad partidaria. El columnista no lo conoce y son decenios los que tenemos en esta actividad. Sin embargo, repetimos, nadie es descartable si llena las condiciones estatutarias del partido por el que participe.
Otros, destacados en sus actividades, están ahí como los Jorges Arizmendi García, Meade Ocaranza y Morales, Samuel Palma César, Otilio Rivera y Erik Salgado Fernández. Basados en los nombres, posiciones y experiencia, éste último es la sangre renovadora, es el PRI de hoy, aunque los otros merecen un espacio de nivel en el reparto que queda. Hace tres años, en estos días el columnista ya daba “a dieces” que el PRI ganaba sin dificultad, que desde meses atrás se dibujaba el descontento popular y la “Vox Populi” anunciaba el cambio. Se vislumbraba a su vez el nombre del candidato Manuel Martínez Garrigós. Se comenzaba hablar de encuestas y algunos medios como el multicitado, alteraba el puntaje y deba valores a Acción Nacional no obstante que la ventaja priista era de alrededor 15 puntos.
Se me venían encima incluso dentro del lugar donde colaborábamos desde el computador de la casa o de cualquier internet de la calle –como en este momento-. Era una batalla de poder a poder, los momentos de “La Gran Bodega” de Javier López Sánchez, hoy integrado al gremio gastronómico y con las cuentas pendientes de muchos millones de pesos perdidos.
Mencionábamos que “quizá robándolo le ganaban al PRI”. Más adelante la frase fue concluyente: “¡Ni robándolo!”. El tiempo se pasa vertiginosamente. Y en julio el PRI ganaba con una ventaja superior a los 15 puntos, cerca de los 20 en una recuperación casi insólita de 12 años de luchas internas con un puñado de chamacos que nunca dejaron de creer en el “algún día” que encabezaba Manuel Martínez Garrigós y cerca de él como su secretario Erick Salgado y atento sin perder detalle el hermano del que escribe, el veterano de esa cuadra que nunca descuidó –aun en las derrotas de aprendizaje— el trabajo de seccionales, de líderes naturales, de delegados, siempre desde una posición propositiva como lo fue el PRI en esos años sin gobierno.
Hoy tienen el poder en apariencia pero eso no garantiza ningún triunfo. Hoy son gobierno en la capital y ello lleva un desgaste, igual que una fuerza adicional. El problema único es que no tiene el PRI candidato en Cuernavaca, que ha quedado claro que no aceptaron la decisión del CEN que favorecía a Jorge Morales Barud y que todos han puesto sus canicas en el círculo. En una palabra que llegarán hasta el último punto que la reglamentación priista lo permita. Y bajo esas condiciones aunque hay ventajas para pocos en especial, nada está escrito.
1 comentario
saludos.
Hey
Javier ya le toca a Jiutepec... saludos. Compartelo!