Entrando el mes de abril, empezamos a sentir el calor. En Cuernavaca ya hemos experimentado temperaturas arriba de 30°C y es muy importante protegernos de la intensidad de los rayos solares y evitar exponernos por tiempos prolongados al sol. Ya estamos en Semana Santa y seguramente habrá personas que sufrirán quemaduras, insolación y el golpe de calor, que son los padecimientos más comunes entre los morelenses y los turistas que nos visitan. Es muy común que la gente subestime los efectos del sol, sobre todo en el periodo entre las 11:00 y las 15:00 horas cuando se siente más fuerte el efecto solar. Las quemaduras pueden provocar dolores de cabeza, nauseas y deshidratación; la insolación se refiere a una elevación de la temperatura corporal hasta los 38 grados, acompañada de vómito y piel seca; el golpe de calor provoca temperaturas de hasta 40 grados, lo cual es muy peligroso e incluso mortal.
La ola de calor está afectando a gran parte del país y existen lugares, como San Luis Potosí, donde la temperatura ha ascendido a 49°C. Nosotros no sufrimos temperaturas tan exageradas aquí, afortunadamente. Sin embargo, tenemos que aprender a respetar el sol, tomar precauciones, no exponernos y siempre utilizar bloqueador solar. Usar un sombrero y tomar agua son consejos fáciles de seguir, además de acordarnos que el alcohol no sustituye el agua cuando tenemos sed.
Se supone que experimentaremos temperaturas aún más altas en mayo y las autoridades ya pronostican un retraso en la llegada de la época de lluvias, lo cual es una noticia preocupante. Este último punto me lleva al tema de los incendios forestales. Agradezco la ayuda de Rubén Brito, de la Semarnat Morelos, quien me compartió datos importantes de la incidencia de incendios forestales en nuestro estado. En los tres primeros meses de este año se han reportado 144 incendios. Para el mismo periodo en 2010 tuvimos sólo 28; en 2009, alrededor de 95. El punto es que este año el problema es mucho más agudo y el daño mucho más extenso. Lo que impacta de los datos de Rubén es que más de la mitad de los incendios han sido causados por nosotros mismos, los seres humanos, por ser fumadores, prender fogatas o quemar basura e incurrir en otros aprovechamientos ilícitos. Es una vergüenza que no tengamos el suficiente respeto para nuestro estado, para los árboles y toda la flora y fauna que existen en Morelos, ni la inteligencia para pensar en las consecuencias de nuestras acciones. Lo mismo está pasando en otros estados. Por ejemplo, los incendios en Coahuila son los más graves en los últimos 13 años. Se reporta que ha muerto ganado, han perecido osos negros y venados, entre otras especies de fauna silvestre, calcinados por los devastadores fuegos.
Los incendios implican un esfuerzo enorme por parte de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) para controlarlos y las altas temperaturas combinadas con los vientos no ayudan. Con el uso de aviones y helicópteros se riegan cantidades enormes de agua, el vital líquido que es tan escaso… Si empieza tarde la temporada de lluvias, tendremos el problema unos dos meses más, por lo menos. Si utilizamos los datos de Morelos como indicativos de una tendencia nacional, entonces sí es un verdadero problema y uno que todos nosotros podemos ayudar a evitar. Reporta el Financiero del 11 de abril que “cabe destacar que las hectáreas quemadas en todo el país (hasta hoy) superan a las siniestradas en 1998”. Hace referencia a ese año porque 1998 fue el año en que se presentó la peor temporada de incendios forestales en la historia de México.
Termino hoy pidiéndoles a todos cuidarse de los rayos solares, tomar suficiente agua, no desperdiciarla, evitar por completo el uso de cerillos y ser responsables con las colillas de los cigarros. Por favor, cuidémonos a nosotros mismos y al medio ambiente.