Tal parecería que no tenemos problemas de agua y sacamos la manguera y regamos a medio día cuando hace más calor, o lavamos el coche a manguerazos todos los días y no nos importa. Tal parecería que el uso del unicel es aceptable y que su desecho, una vez usado, es fácil de resolver con sólo echarlo a la basura donde nunca se descompone: al fin que tomar un helado o una cerveza en vaso de unicel es la cosa más fácil y totalmente aceptable. Tal parecería que nos sobra la comida y que es más fácil tirarla a la basura en lugar de preparar sólo la necesaria o convertirla en composta. Tal parecería que se nos hace cosa sencilla tirar las botellas de plástico por la ventana del coche, junto con las colillas y hasta pañales sucios, o dejar a escondidas bolsas negras llenas de basura de todo tipo en las calles. Tal parecería que la energía eléctrica es para usarla día y noche, sin pensar en las consecuencias…
Al parecer mucha gente opina que hacer una composta, desconectar los aparatos eléctricos o prohibir el uso de unicel, entre otras muchas de las estrategias tan sencillas que promuevo a través de esta columna, no tienen ningún efecto en cuanto al calentamiento global y los trastornos climáticos. Tal vez sí, tal vez no, pero el punto clave aquí es que la conciencia ecológica sólo puede nacer desde la práctica de estas actividades tan fáciles de implementar. Tienes que aprender por qué es importante hacer composta, por qué debemos cuidar el agua y consumir menos energía eléctrica, y cómo el depósito irresponsable de residuos no reciclables y no biodegradables está afectando negativamente a nuestro planeta, a nuestro entorno vital.
Yo he asumido el reto de informar a las personas del público sobre temas ecológicos, pero es un reto francamente difícil de alcanzar. A veces me emociono porque veo avances y en general podría decir que hay mucha más gente haciendo un auténtico esfuerzo por actuar desde una conciencia ecológica. Sin embargo, y sobre todo en periodos vacacionales, me deprimo porque soy testigo del hecho que muchas personas están todavía muy lejos de desarrollar el suficiente respeto para el medio ambiente.
Nos ha tocado muy buen clima este año en Semana Santa pero las temperaturas son altas. En Inglaterra, la gente se está bronceando en la playa por que este mes de abril de 2011 ha sido el más caliente de toda la historia. Existen muchos más ejemplos de clima excepcional y extraordinario en todo el mundo y el elemento que subyace en todos estos trastornos es la incertidumbre acerca del agua. Si no llueve, no hay vida. Con la tala irresponsable de árboles en nuestro estado, la construcción sin planeación adecuada de más y más viviendas con escasa atención al acceso a drenaje o agua, además de la invasión de terrenos y la venta ilegal de ejidos, nos encontramos en una situación por demás crítica. No entiendo la lógica, no sé qué proponerles, pero sí sé una cosa: este planeta, al que llamamos nuestra Tierra, es el único que tenemos y si no ha de ser un lugar decente para nuestros hijos y nietos, será mucho menos habitable para las generaciones del futuro a largo plazo.
Hace unas semanas marchamos muchos de nosotros para manifestar nuestra indignación por el estado de inseguridad que estamos viviendo en nuestro estado. Esa marcha se organizó en muy pocos días. Yo te pregunto: ¿marcharemos para manifestar nuestra inconformidad por los abusos dirigidos a nuestro planeta? Lo dudo mucho… Lo he dicho muchas veces y lo repito: hasta el día en que no salga agua de la llave en nuestra casa, no nos daremos cuenta de qué tan grave es la situación. En el D.F. ya están viviendo la escasez del agua. Pronto en nuestro estado podríamos estar viviendo lo mismo. Somos benditos por ahora porque hoy sí tenemos agua potable, tenemos agua de riego que llega a través de los maravillosos apantles, pero debemos preguntarnos seriamente: ¿será igual el día de mañana?