Cada año cuando empieza a llover nos topamos con los mismos problemas. Al parecer no aprenderemos nunca. Me refiero por supuesto a la cantidad de basura que vuelve tan sucias nuestras calles y que tapa los drenajes, provocando consecuencias graves en cuanto empieza a llover. En cuestión de minutos los drenajes tapados cancelan la salida natural del agua, que empieza a formar charcos que pronto se convierten en lagunas y luego en inundaciones. Con un mínimo de sentido común, deberíamos de No tirar basura a las calles, mucho menos en las barrancas, para asegurar que las vías y los drenes creados específicamente para que corra el agua estén limpios y libres de obstáculos. Nadie quiere sufrir inundaciones en su casa y nuestra labor en apoyo a la limpieza aseguraría que todo funcione como debería funcionar.
Aunque la lluvia ha sido persistente, en nuestra región hará falta muchísima más para llenar las presas del Estado de Morelos. De hecho, hay escasez de agua en todo el país en general, en algunas partes mucho más severa que aquí, lo cual es muy preocupante. Es un problema que la Conagua (www.conagua.gob.mx) reconoce y que forma la base de su Agenda del Agua hacia el año 2030, un documento muy interesante. Entre muchas de las interrogantes a resolver, la Conagua afirma que cubrir las necesidades básicas del consumo de agua sin deteriorar las fuentes naturales es clave. ¿Cómo mantener estas fuentes y los acuíferos libres de contaminación? ¿Cómo manejar los desastres asociados con el agua, las sequías, los huracanes y las lluvias torrenciales, todos provocados por el cambio climático? ¿Cómo obtener los recursos financieros requeridos para la construcción, rehabilitación, mantenimiento y mejora de las infraestructuras hidráulicas necesarias? ¿Cómo llevar a cabo un buen gobierno del agua? ¿Cómo evitar los conflictos por el acceso al agua? ¿Cómo incorporar efectivamente la sustentabilidad hídrica a la cultura nacional?
Me parecen muy importantes todas esas interrogantes, pero las últimas dos en particular son clave. Si no tenemos una cultura de cuidado del agua no podremos lograr todo lo demás y sin ella llegaremos rápidamente al conflicto. Recuerdo a una querida amiga cuyo hermano – joven, recién casado y esperando un hijo – fue brutalmente asesinado hace muchos años por una cuestión de distribución de agua en los sembradíos de Sinaloa. Es una idea horrorosa pensar que algún día, tal vez no tan lejano, será necesario pelearnos por el agua… Tener acceso a una fuente de agua limpia es nuestro derecho y nuestro deseo, pero implica compromiso no sólo del gobierno sino también tuyo y mío, sobre todo de quienes consumimos demasiada agua todos los días, que tiramos basura y aguas negras a las barrancas, que desperdiciamos el vital líquido de una manera impresionante. Desarrollar una cultura en apoyo al agua debería ser obligatorio para todos, por una sencilla razón: la vida sin agua es la muerte.
Es nuestro deber informarnos sobre la Agenda del Agua de la Conagua y es fácil bajarla desde su página web. Termino hoy con una observación final del documento: “La Agenda del Agua 2030 es un instrumento para la cabal implementación de una política de sustentabilidad hídrica. Con ella deben alinearse los Programas Nacionales Hídricos, los Programas Regionales Hídricos, las carteras de inversiones del gobierno federal y de los gobiernos de los estados, los presupuestos de egresos fiscales en materia hídrica y los programas de cultura del agua”. El compromiso es serio y grave, la tarea enorme y nuestra participación primordial. Infórmate y actúa antes que sea demasiado tarde. Hoy está lloviendo… pero ¿y mañana?