El acto de comprar implica casi siempre recibir plástico en alguna forma, no sólo en empaques de productos alimentarios, sino también en juguetes que están hechos de y empacados en plástico, además de cómo están presentados la ropa, el maquillaje, los aparatos eléctricos, los detergentes, etc., todos envueltos en el plástico ubicuo.
Rechazar las bolsas de plástico no es suficiente. Tenemos que apoyar los esfuerzos de las empresas que están buscando alternativas verdes. En lugar de empacar los productos en bolsas de plástico, las de papel son perfectamente adecuadas; en lugar de servir comida o bebidas en unicel, es muy aceptable encontrar una alternativa hecha de papel reciclado o de cartón, ambos compostables; el detergente líquido ya no tiene por qué estar empacado en plástico duro, puesto que ahora existen alternativas reciclables.
Desde hace tiempo los contenedores de detergente líquido se han vuelto más pequeños y el detergente mismo más concentrado para que dure igual que antes cuando venía en una enorme botella de plástico. El próximo paso, remplazar el plástico por algún empaque totalmente compostable, ya está aquí, gracias a una empresa llamada Ecologic Brands (www.ecologicbrands.com). Inspirada –y, a la vez, deprimida-- por la cantidad de plástico que permea nuestras vidas, Julie Corbett, de Oakland, California, decidió diseñar una botella hecha de un material compostable para remplazar las botellas de plástico. Su diseño ya ha sido adoptado exitosamente por la empresa Seventh Generation (www.seventhgeneration.com) ubicada en Vermont, que fabrica productos de limpieza y se preocupa por el medio ambiente y la salud de sus clientes. Una vez que otros fabricantes de detergentes y diversos productos de limpieza sean testigos del éxito de la botella compostable, es muy probable que sigan el ejemplo. Nosotros todavía no hemos visto estas botellas en México, pero en un futuro seguramente será posible.
Ya tenemos a nuestra disposición en los supermercados unas servilletas de papel descritas como “ecoamigables”, fabricadas por Opción Verde (www.opcionverde.com) y distribuidas por Pronatura A.C. (www.pronatura.org.mx). No son blancas, más bien son de un color natural, evitan el uso de blanqueadores en su fabricación y son totalmente compostables. Además, su empaque está hecho de “polietileno oxodegradable, el cual se degrada en un periodo estimado de 5 años”. Pronatura A.C. tiene como misión “la conservación de la flora, la fauna y los ecosistemas prioritarios, promoviendo un desarrollo de la sociedad en armonía con la naturaleza” y trabaja arduamente en dicha labor.
En la página web de Opción Verde nos comparten algunas estadísticas interesantes que ayudan a entender por qué deberíamos escoger productos que no dañen el medio ambiente. Un ejemplo: “Si los 110 millones de mexicanos usaran Opción Verde se evitaría la tala de 13 millones de árboles al año, o se ahorrarían 166 millones de kilowatts al año (energía suficiente para proveer de electricidad a 23 mil hogares) y se ahorrarían cerca de 9 mil millones de litros de agua al año (cantidad de líquido suficiente para llenar más de cuatro veces el Estadio Azteca)”.
Me parece valioso mencionar estos avances por producir empaques que eviten el uso de plástico y servilletas (y papel higiénico) ecoamigables, porque ello nos demuestra que la innovación está viva, productiva y a nuestro alcance. Si nosotros los consumidores empezáramos a buscar estos productos compostables, entonces nuestro impacto ambiental sería mucho menor. Poco a poco tendremos acceso a más productos verdes y dependerá de nosotros aprovecharlos. La próxima vez que vayas al supermercado, búscalos. Te sorprenderás.