Cuando me refiero al “consumo” del agua, no me refiero al agua que tomamos todos los días para mantenernos hidratados y vivos. No, me refiero al agua que consume cada una de las muchas industrias que necesitamos para mantener nuestro estilo de vida, a la que los cultivos agrícolas consumen, a la que los bosques, los animales y toda la flora consumen. No queda mucha para nosotros. Cada gota que bebemos es más valiosa que el oro.
El agua es un regalo de la naturaleza, al igual que el oro, el petróleo, la plata y los diamantes. Tenemos mucho respeto por todos ellos pero el agua se queda atrás y hasta la fecha al público no le gusta tener que pagar por el agua. ¿Por qué será? ¿Por qué el oro cuesta tanto y el agua tan poco? ¿Cuál de los dos es para ti lo más importante?
Considera esto: es un hecho que una de cada tres personas en el mundo ya está siendo afectada por la escasez de agua. Para el año 2030 se estima una cantidad de 3.9 mil millones de personas viviendo en áreas con serios problemas de agua, lo que representa más de la mitad de la población mundial actual.
Hay muchos ríos que no tienen agua y hay muchos pozos que están secos. Ya no existe ninguna garantía que va a llover cuando debería: hay lugares que no han visto lluvia en mucho tiempo y hay otros lugares que experimentan terribles inundaciones y daños irreparables.
Si hemos vivido hasta ahora gracias a lo que la naturaleza nos manda, hay que estar agradecidos. Pero la naturaleza ya no puede más y tenemos que buscar otras fuentes de agua potable. Ya nos urge. Deberíamos tener plantas de tratamiento de agua en cada colonia, en cada fraccionamiento, en cada ciudad, en cada pueblo. Somos expertos en el desperdicio del vital líquido; deberíamos ser expertos en su reciclaje y tratamiento. Nuestro futuro depende del agua, del agua limpia y potable, y poca gente se da cuenta de esta verdad.
La tecnología para tratar el agua ya existe. Cada vez cuesta menos gracias al desarrollo de tecnologías cada vez más eficientes. Sólo se requiere de un buen manejo y tendríamos mucha más agua. 99% de la que tiramos al drenaje es reciclable, agua tratable que se podría reutilizar en los campos, en la industria, en muchos lados. Además, con tantos kilómetros de costas a nuestra disposición, la posibilidad de establecer plantas de desalinización es alta. De igual manera, la tecnología involucrada en la desalinización del agua salada está mejorando mucho, con procesos menos costosos y con el uso sólo de oxígeno y ya no con químicos. En Israel, una nación pequeña pero con mucha superficie semiárida o desértica, la desalinización se está volviendo esencial para el futuro del país. Es una industria incipiente y de mucho futuro porque poco a poco los empresarios y los gobiernos se están despertando a la realidad de la necesidad de crear nuevas fuentes de agua, en lugar de rezar o de cruzar los dedos para que llueva.
El agua reciclada es el agua que necesitamos para nuestras vidas, para la agricultura, para las industrias, para el consumo humano. La tecnología se torna cada vez más avanzada, el costo de reciclar es cada vez más aceptable y el uso de químicos menos importante. El oxígeno es un elemento clave en el tratamiento del agua y, aunque yo no soy experta, hay personas en nuestra ciudad, en el IMTA por ejemplo, que te pueden informar sobre este tema con gran exactitud. Es nuestro deber informarnos sobre un tema tan importante. Si tratamos tan bien nuestros anillos de oro, ¿por qué no podemos tratar el agua de la misma manera? Lo que está claro es que nos roban por andar en la calle con un reloj o una pulsera de oro, entonces seguramente habrá problemas en cuanto al acceso al agua. Me pregunto: ¿llegará el día en que nos roben nuestras botellas de agua?
Fuente: www.horizonsbusiness.com