Cuernavaca ha creado fama, en frecuentes momentos de su historia, por los baches, hoyos y hundimientos que aparecen en sus calles en tiempo de lluvia. No sé si la capital del estado de Morelos sufre estos percances más que otras ciudades, pero lo único que me interesa es el estado de las calles por donde yo tengo que pasar. La incidencia de pinchaduras de llantas ha aumentado dado que evitar caer en los baches es cada vez más difícil.
Los hoyos son profundos, anchos, largos y llenos de agua y lodo, además de posibles objetos agudos que son los que pueden dañar las llantas. Aparecen nuevos hoyos todos los días y la cola de automóviles tiene que frenar y disminuir su velocidad para avanzar con mucha precaución. Es aún peor en las noches cuando los nuevos hoyos son poco visibles y los hoyos viejos han crecido de un día para otro. Es inevitable pasar por los hoyos y baches y la probabilidad de dañar el automóvil es alta.
El problema se comparte con las banquetas. Como peatón las banquetas presentan problemas por su mal estado y esto es algo permanente en nuestra ciudad. Si caminas y no ves dónde vas a poner los pies puedes llegar a caer y hasta romperte los huesos. Un amigo mío tuvo la mala fortuna de pisar mal un día y estuvo un mes en el hospital seguido por cinco meses más de recuperación. Ojalá que no nos pase a nosotros: hay que tener mucho cuidado, todo el tiempo.
Es obvio que el mantenimiento de las calles debería ser una actividad permanente. El clima, no importa si se trate de calor o de lluvia, lo vuelve totalmente necesario. El costo es, por supuesto, considerable pero si existen las calles es una obligación mantenerlas en buen estado para el libre paso de los vehículos y las personas. Parchar los hoyos no soluciona el problema: es más bien un arreglo temporal y costoso que no pone fin a la situación. Nuestras calles son como mosaicos de parches, de diferentes colores y distintos materiales, irregulares y desiguales. Es la responsabilidad de las autoridades rehacer la superficie por completo a tiempo y mantenerla en buen estado y así resolver el problema de una vez por todas. El costo sería menor porque una superficie bien puesta y mantenida cuesta menos que colocar parches sobre parches sobre aún más parches.
Es interesante esta situación desde los puntos de vista tanto ecológico como económico. Implica la búsqueda de rutas nuevas para tratar de evitar los hoyos y seguramente se trate de rutas más largas, incrementando así el consumo de gasolina; afecta las llantas del coche a tal grado que se puede llegar a tener que comprar nuevas; hasta los ejes de los coches pueden resultar dañados; y obliga a manejar mucho más lentamente y llegar más tarde a su destino.
Tal vez esta nota esta semana sea una queja, pero es una queja necesaria. Me quejo también cuando se va la luz, cuando la televisión por cable se interrumpe, cuando la señal de Internet es irregular. La explicación cada vez es la misma: es por la lluvia. ¿Acaso no esperábamos la temporada de lluvias? ¿Es posible que se les olvide a estas compañías que llueve cada año? ¿Es justificable echarle la culpa a la lluvia? Si construyeran bien las calles desde un principio, si instalaran bien los cables de teléfono, Internet y luz para funcionar en nuestro clima, no tendríamos estos problemas. ¿Es esto demasiado pedir? Dejo a tu criterio contestar estas preguntas ya que seguramente tendrás opiniones al respecto…
Y cuídate mucho cuando transites por las calles.
1 comentario
Hey
Qué bonito nuestro Cuernavaca... Con camellones y fuentes muy bonitas, pero con… Compartelo!