Ésta es una de las temporadas más bonitas a mi juicio. Entre las flores silvestres y el cempaxúchitl de venta en los numerosos viveros de nuestro estado nos damos cuenta de nuevo de lo que la naturaleza nos ofrece. Sus colores nos atraen, nos impactan y nos llenan de vida lo cual es interesante, dado que se relaciona mucho el color naranja con el día de muertos. Sin embargo, el color naranja es un color alegre que nos libera de emociones negativas, estimula la mente y nos llena de energía. Esto explica por qué la tradición de recordar a los muertos no es de tristeza, más bien es de alegría y bellos recuerdos.
El día de muertos es una tradición cultural mexicana de origen prehispánico, que brinda a los visitantes extranjeros algo importante. Nos gusta mucho porque no tenemos nada similar en nuestros países y nos ayuda a contemplar la muerte con interés y no tanto desde el miedo. Nos ofrece un momento para pensar en las personas que ya no están con nosotros; la comida, la bebida, el incienso, las flores y las velas que utilizamos en nuestras ofrendas son una manera muy bonita de recordarles con alegría, según cuáles fueron sus gustos, sus hábitos, su manera de ser. En fin, estas personas que tanto extrañamos regresan a pasar unas horas con nosotros, como si estuvieran en verdad presentes.
Habrá muchas exposiciones de altares y calaveras en Cuernavaca y Tepoztlán, además de todos los pueblos y rincones del estado de Morelos. En la página web de la revista México Desconocido (www.mexicodesconocido.com.mx) hay información sobre la celebración en Ocotepec: “En el poblado de Ocotepec, en los alrededores de Cuernavaca, Morelos, el día de muertos es una de las fiestas más representativas donde el culto a los difuntos destaca por su riqueza cultural y religiosa… [Una] de las peculiaridades del poblado de Ocotepec es la procesión que se realiza durante las noches del 31 octubre y el primero de noviembre. Todo el pueblo acude al panteón, llevan ofrendas a sus difuntos y más tarde se sientan todos a comer a un lado de las tumbas”.
Es fácil participar en esta tradición montando un altar en casa. Los niños aprenden sobre la costumbre en la escuela, montan altares ahí mismo en sus salones y aprenden cómo hacerlo. Sin duda, es importante para cada niño entender el significado de la celebración y nosotros como sus padres podemos insistir que eviten el uso de plástico en el altar; es posible conseguir todo lo que se necesita hecho de materiales naturales y reciclables o compostables: en otras palabras, montar un altar ecológico. Es vital compartir con la familia todas las tradiciones y el día de muertos es una de las más trascendentales, sin duda alguna.
Cada vez que la naturaleza nos regala flores y colores doy gracias a las lluvias que acaban de pasar y al clima que permite la propagación de tanta riqueza natural. Es importante observar que las caléndulas y el cempaxúchitl están floreando muy temprano este año, también los cazahuates y las nochebuenas. Para los viveristas resulta importante tener las plantas listas para su venta en las fechas críticas, pero en los jardines y en el campo las plantas y los árboles dependen de la lluvia, el sol y la temperatura, por lo que es imposible controlar su floración. Ellos responden a lo que la naturaleza les ofrece y viven su ciclo de vida como les es posible. Nosotros tenemos que asegurar que esta conmemoración del día de muertos perdure y que las flores tradicionales sigan creciendo y floreando. Cuidemos el planeta, y el planeta nos ayudará a cuidar nuestras tradiciones por muchos años más.
¡Feliz día de muertos!