¿Por qué es tan difícil? Porque todo lo que compramos, desde alimentos hasta ropa, viene hecho de y/o envuelto en algún tipo de plástico. Por ejemplo, el otro día tenía que comprar unas sábanas y por supuesto venían envueltas en plástico; no tenemos la opción de comprarlas de otra forma. Éste es sólo un ejemplo de cómo el plástico permea cada rincón de nuestras vidas y es por eso que nuestros océanos están llenos de esta sustancia tan dañina. Un reporte reciente revela que hay más de cinco trillones de piezas de plástico flotando en el mar: ¡Cinco trillones! Es una cantidad que no podemos ni siquiera imaginar en nuestras mentes, pero el estudio, publicado en la revista PLOSone (www.plosone.org) la semana pasada, está basado en investigación y datos derivados de 24 expediciones realizadas a lo largo de un periodo de seis años, que terminaron en el año 2013. Científicos de Estados Unidos, Francia, Chile, Australia y Nueva Zelandia descubrieron que existe un mínimo de 5.25 trillones (5,250,000,000,000) de partículas de plástico contaminando los mares actualmente y que el tamaño promedio de cada pedazo mide menos de 5 milímetros. Es evidente, entonces, que la mayoría del plástico flotando en el mar viene de los empaques de productos como alimentos, bebidas y ropa.
Los problemas asociados con estos contaminantes son múltiples. Menciono algunos ejemplos:
Los animales marinos ingieren las bolsas o partes más pequeñas y se mueren fácil y trágicamente.
Los químicos encontrados en el plástico permean el agua y por su composición atraen otros contaminantes como el petróleo.
Los peces más grandes se comen a los más chicos que ya están contaminados; nosotros nos comemos a los peces grandes y así los químicos llegan a nuestros estómagos.
Debido a las corrientes de los océanos el plástico termina juntándose en áreas específicas: una se conoce como el Gran Parche del Pacífico que cubre un área equivalente al estado de Texas; debajo del Parche existe una zona muerta, sofocada, donde la vida marina ya no es sostenible.
Toda la información que les he estado compartiendo durante el último año es lo que preocupa a gobiernos alrededor del mundo. Existen una riqueza de información y muchísimos datos de todo tipo que no caben en esta columna, pero lo que es trascendente, es que el cambio climático se ha vuelto un tema de primera importancia y los políticos están por fin llegando a un acuerdo sobre qué acciones tomar. La última cumbre internacional que tuvo lugar la semana pasada en Lima, Perú, es clave en este sentido. Por vez primera el acuerdo que se logró para luchar contra el cambio climático tiene el apoyo de todos los países –nota: todos– para limitar sus emisiones de gases de efecto invernadero. Por lo tanto, este acuerdo es el primer paso para concretar un plan de acción a nivel global que será firmado en 2015 en París. Para el próximo marzo todos los países tienen que presentar un plan para reducir sus emisiones de carbono. Aunque lo que pasó en Perú representa un avance importante, todavía faltaría mucho por lograr y no hay que olvidarnos que 2014 ha sido el año más caluroso de la historia.
Por eso tenemos que hacer nuestro mejor esfuerzo por seguir diciendo no al plástico, ser conscientes de los residuos que estamos generando, reutilizar todo lo que se pueda, reciclar, comer menos carne, utilizar menos energía eléctrica y gas, etcétera. La lista es larga. La lección es que somos nosotros quienes debemos actuar y seguir empujando para que la destrucción de nuestros países sea al menos controlada. Es nuestra tarea darnos cuenta que tenemos el poder en nuestras manos y es un poder que tenemos que utilizar, porque estamos viviendo una situación ecológica francamente alarmante.