Por algunos días muchos de nosotros nos concentramos en la Navidad y todo lo que implica su celebración: abundante comida, bebida, regalos, convivio familiar, la emoción de los niños, entre muchas otras cosas, y así dejamos atrás brevemente nuestras preocupaciones.
Me gustaría iniciar este nuevo año con buenas noticias. Sin embargo, me es difícil encontrar algo para animarnos, ya que es mucho más fácil encontrar información que nos desalienta. Como ejemplo, estas estadísticas recientes son preocupantes:
2014 fue el año más caluroso de la historia.
40% de las especies de anfibios están en peligro de extinción.
13% de todos los pájaros están en riesgo.
22% de las plantas que florecen están amenazadas.
Desde 1992 ha habido más de 6 mil 600 desastres climáticos a nivel global que causaron más de $1.6 trillones (recordemos que un millón tiene seis ceros, un billón 12 ceros, un trillón 18 ceros…) en daños y la muerte de más de 600 mil personas (www.cred.be).
Se estima que unas siete mil casas se perderán durante esto siglo debido a la destrucción de las costas de la Gran Bretaña por el fuerte oleaje y el más alto nivel del mar; 800 de ellas se verán destruidas en los próximos 20 años y sus dueños no recibirán ninguna ayuda ni compensación. Protegerlas resulta mucho más caro que permitir su destrucción por el mar (www.guardian.com).
El nivel de los océanos ha subido en promedio tres pulgadas desde 1992 y sus aguas se han vuelto más ácidas (www.ncdc.noaa.gov).
En 1992 la población mundial era de 5.46 billones; hoy ya somos 7.18 billones.
China ha casi cuadruplicado sus emisiones de carbono, de tres billones de toneladas a 11 billones de toneladas por año. Las emisiones de Estados Unidos se han incrementado más paulatinamente, alrededor de 6%, o sea de 5.4 billones de toneladas a 5.8 billones.
Se han identificado 23 centrales nucleares –incluida Fukushima– con 74 reactores en áreas de alto riesgo. De ellas, 13 centrales con 29 reactores están activas; otras cuatro, que ya cuentan con 20 reactores, se están expandiendo con nueve más; y hay siete nuevas centrales en construcción que contarán con 16 reactores nucleares (www.elmundo.es).
Estados Unidos es el país donde se utiliza el 80% del total de los combustibles fósiles consumidos cada año.
¿Qué hacer entonces? Hay información alarmante por donde quiera y no hay persona que no sepa de la situación. Es necesario entonces hacer mayor esfuerzo individual y apoyar toda iniciativa para cuidar el consumo del agua, para separar y reciclar los residuos y, sobre todo, para desarrollar una conciencia ecológica basada en el respeto no sólo por la tierra sino por el hombre también, a fin de garantizar nuestra seguridad y la vida del futuro en nuestro planeta.
Cuando estés cortando la rosca hoy, Día de Reyes, piensa más allá de cómo vas a disfrutar tu rebanada y a quién le va a tocar comprar los tamales el próximo 2 de febrero. Piensa más en qué vas a hacer con el empaque de la rosca (reciclarlo), con las servilletas de papel (ponerlas en la composta), con los platos (lavarlos, porque has resuelto jamás volver a utilizar platos de plástico o de unicel). Ésta es la manera en que puedes empezar a crear conciencia: con un poco de imaginación todo es posible.
Termino esta columna deseando a todos un muy feliz año, que 2015 sea exitoso, tranquilo, sereno, sin rencores, ni violencia, lleno de amor, de paz y de mucho respeto para el medio ambiente y para cada persona con quien compartimos este planeta tan maravilloso.