La historia de la bicicleta es interesante. Ha existido bajo varias formas desde hace siglos, aunque sólo en el Siglo XIX se les ocurrió añadirle pedales, entre otras cosas básicas y necesarias, y fue así como nació la bicicleta moderna como un sistema de transporte personal. Claro, durante décadas ha ido variando mucho su forma, al grado que hoy en día hay tantos tipos de bicicleta que comprar una se vuelve una decisión complicada. Existe un deporte muy popular relacionado con la bicicleta –el ciclismo– y entre todas las competencias que se conocen, el famoso Tour de France es la carrera que cualquier ciclista sueña con ganar.
En Holanda es muy común viajar en bicicleta para llegar al trabajo, visitar a amigos o llegar al destino que uno quiere. En un país tan plano resulta muy fácil andar en bici para todas las edades. Para los holandeses andar en bicicleta es algo extremadamente normal; tal vez no tanto para nosotros que estamos acostumbrados a viajar más bien en automóvil o en autobús. Sin duda constituye una excelente forma de ejercicio y para muchas personas que sufren de sobrepeso es una opción que tiene la cuádruple ventaja de ser una fuente de ejercicio, una forma de transporte, un sistema vehicular que no produce emisiones de carbono al medio ambiente y además una fuente de generación de energía eléctrica. En verdad, la bicicleta es una maravilla.
Algunas personas utilizan la bici no tanto como forma de transporte sino para practicar su profesión, por ejemplo el afilador mexicano, un comerciante ambulante que ofrece sus servicios de afilar cuchillos, tijeras y otros instrumentos de corte. También la bicicleta es una herramienta esencial para los repartidores de periódicos y todos hemos visto a las personas que montan todo un puesto de tacos sobre su vehículo de dos ruedas. Desde tiempo atrás la bicicleta estacionaria ha servido para producir suficiente energía para mostrar películas en el campo o impulsar otro tipo de máquinas.
De cualquier manera, la bicicleta es útil para un sinfín de cosas. Dicho esto, su uso como transporte está actualmente de moda, sobre todo por las bicis que las ciudades grandes de muchos países ponen a disposición del público. En la Ciudad de México existe este servicio desde 2010. Se le llama ‘Ecobici’, se ha vuelto muy popular y se describe así: “es el sistema de bicicletas públicas compartidas de la Ciudad de México que surge ante la necesidad de asumir los grandes retos que enfrenta sobre competitividad económica, movilidad y medio ambiente, convirtiéndose en poco tiempo en la opción ideal para desplazarse en trayectos cortos, aumentando su capacidad para construir un futuro sustentable, convirtiéndose en referente y en modelo a seguir a escala nacional e internacional”(www.ecobici.df.gob.mx).
Con la saturación de las calles de las grandes ciudades, la bicicleta ofrece un sistema de transporte individual muy apropiado. Sin embargo, ciudades como Londres están buscando espacios alternativos para andar en bici y evitar la batalla constante con el tráfico. Esto sin duda es un reto. No todos los conductores están acostumbrados al movimiento rápido de los ciclistas que zigzaguean entre los autos aparentemente sin miedo, todos motivados por llegar lo más rápido posible para entregar paquetes de mensajería, pedidos de comida, un sinfín de cosas. Sin embargo es muy peligroso y ha habido accidentes terribles. Por eso, la búsqueda de espacios nuevos en las ciudades sobrepobladas, a fin de ofrecer opciones viables, se ha vuelto prioritaria. En Londres, por ejemplo, se estudia la posibilidad de dar otro uso a túneles y estaciones del metro ya no en uso para convertirlos en caminos para peatones y ciclistas. Lo que es aún más interesante de este proyecto, es que el piso que instalarán, será hecho de paneles que convertirán cada paso o movimiento de llantas en energía eléctrica.
La bicicleta, entonces, en su forma moderna, nos ofrece un sinfín de posibilidades y alternativas. Desafortunadamente Cuernavaca, por su peculiar topografía, no es una ciudad que se preste fácilmente para el uso exitoso de la bicicleta. Pero ésta sí nos puede ofrecer otros usos como instrumento de ejercicio o generadora de luz eléctrica, por ejemplo. Por eso, la deberíamos de explotar más.