Sin embargo, por cuestiones financieras, políticas y de operación el alcance de ese sistema ha disminuido y una parte de la responsabilidad de que el grueso de la población reciba las vacunas que necesita se ha dejado a la conciencia de las familias, lo que ha reducido la efectividad de las campañas.
Ahora que comienza la primera del año es necesario que todos los que integran los grueso objetivo, principalmente niños, sean vacunados para evitar el rebrote de enfermedades ya controladas y en general daños a la salud que pueden prevenirse.
El esfuerzo es tan grande que se requiere de toda la participación para lograr los objetivos, que no pueden ser más nobles.