Sobre todo porque recomienda que el diálogo es la mejor forma de frenar los roces que esta semana han alcanzado su punto álgido.
La cabecera del municipio del mismo nombre desde hace cientos de años realiza una enorme feria, la segunda más importante del país, en torno a la religiosidad que mueve a cientos de miles de personas provenientes de todo el país.
La disputa por el poder entre un grupo de laicos y la jerarquía católica se politizó y agregó nuevos actores al drama.
Lo importante, sin embargo, es desactivar la beligerancia y dejar que la fiesta -tan importante en la economía de la región- transcurra en paz.