Ojalá se cuantificara ese costo oculto para la economía de la sociedad morelense y se aplicará una sanción a la empresa responsable del largo calvario, que no sólo ha implicado largas horas de espera sino cuantiosos daños materiales, heridos y -lo más lamentable- pérdida de vidas humanas.
Difícilmente los morelenses olvidaremos la forma viciada en que se ejecutó esta obra y la complacencia de las autoridades federales con la empresa responsable, que puso sus ganancias por encima de la seguridad de la población.