La cifra proyectada originalmente para la obra al final se duplicó hasta llegar a los dos mil 213 millones y el número de muertos por accidentes en el periodo de construcción llegó a 21.
Sin embargo, ni siquiera en su final hubo una planeación correcta, pues no se puede decir otra cosa de la decisión de dejar apenas un carril de la autopista para acceder desde el sur a Cuernavaca, que a unos cuantos cientos de metros llega a un cruce con la carretera federal y el entronque con la avenida Morelos, mientras se destina todo el distribuidor vial Palmira sólo al tráfico rumbo a la ciudad de México.
Las cifras hablan de que ha sido un buen negocio para algunos, pero los hechos revelan que el calvario seguirá para los ciudadanos que deben transitar por esa peligrosa vía.