Sin embargo, esos sitios siempre han presentado el mismo nivel de peligro en cada temporada de precipitaciones, pero en su momento las autoridades fueron omisas y hoy se debe pagar un alto precio por esa ineptitud.
La vida es la más valiosa de las posesiones, pero quienes están en zonas cercanas a ríos, barrancas y minas creen -equivocadamente- que esas peligrosas casas representan un valor mayor.