Por el antecedente del paso exprés en Cuernavaca sabemos de lo difícil que será hacer cumplir reclamos sociales a la empresa que lleva a cabo la obra una vez que esta concluye.
Y en este caso las afectaciones son más amplias porque impiden las labores agrícolas en tierras productivas que se quedaron sin riego.
Los carreteras locales que sirven de acceso a la obra quedaron en pésimas condiciones y así seguirán si no hay un reclamo oportuno y tenaz.
La citada autopista es una obra que moderniza la infraestructura carretera de Morelos al unir con calidad puntos a los que hoy se accede por caminos de bajas especificaciones, pero no es justo que se avance en la materia signifique un retroceso en otras cosas por los daños inherentes a la ejecución de la obra.