El sismo del 19 de septiembre ha sacudido los cimientos de la economía morelense y sus efectos se sentirán por muchos años.
Sin embargo, algo igual de trascendente está en marcha y no lo podemos obviar: el proceso electoral del 2018 que renovará la presidencia de la república, la gubernatura, las alcaldías y el Poder Legislativo federal y estatal.
Pese a la importancia de atender los daños del terremoto, podemos sufrir también por años los efectos de no atender todos los frentes del proceso electoral.
Los preparativos para el proceso deben llevarse a cabo de manera cuidadosa pues sus efectos durarán al menos seis años.