La cobranza extrajudicial se ha convertido en un dolor de cabeza para miles de morelenses con adeudos lo mismo en grandes tiendas que en sistemas alternos de financiamiento.
Los excesos de quienes incurren en esas prácticas van desde llamadas telefónicas a todas horas hasta el amedrentamiento o directamente el uso de la fuerza para “decomisar” bienes de la víctima.
La reforma ya en vigor convierte esas actividades en delitos, lo que puede traer una rectificación en la operación e negocios que hoy liberan créditos sin importar la capacidad real de pago del cliente, porque con los excesos hasta ahora acostumbrados eran capaces de cobrar sobradamente las deudas.
Hablamos de que ahora debería darse una profesionalización en el manejo de los créditos y una limitación en el financiamiento de aquellos sin suficiente capacidad de pago, que al menos estarán libres de las amenazas que muchos reciben hoy en dìa.