Luego de la información revelada por el presidente del Tribunal Estatal de Conciliación y Arbitraje (TECA) Juan Manuel Díaz Popoca en torno a que los actuales alcaldes han provocado dos mil procesos laborales más que desembocarán en el pago de elevadas sumas, cuesta trabajo aceptar que los presidentes municipales y los integrantes de los cabildos mantengan sus elevadas prebendas –salarios y prestaciones por encima del promedio- pese a que no sólo no resuelven los graves problemas que recibieron de sus antecesores, sino que los complican.
Son demasiados los ex alcaldes que deberían estar en la cárcel, pero en lugar de eso gozan de la prosperidad que les da el dinero que sustrajeron de las arcas públicas.
La impunidad de que han gozado incitó a los actuales munícipes a seguir por el mismo camino, pero quienes terminan por pagar los excesos y descuidos son los ciudadanos a través del recorte o supresión de las obras y los servicios públicos.