Las alcaldías deberán aplicarse para poner en marcha la reforma que obliga a los expendios de bebidas embriagantes a endurecer las medidas de seguridad en sus accesos y en el interior de los establecimientos, a fin de que los resultados sean visibles.
Una vez publicada la reforma será obligatorio que se coloquen instrumentos detectores de metal para evitar que se introduzcan armas a los sitios donde se consume alcohol.
La medida es muy extensa e incluye la obligación de contar con vigilancia en los establecimientos a través de personal de seguridad, lo que quizá impulse la creación de fuentes de empleo pero que no tendrá sentido si no se aplica de forma efectiva.
Por lo pronto, los costos de esas medidas seguramente se reflejará en los precios, por lo que quizá haya una caída de la clientela y quizá una indirecta e inesperada disminución del consumo de alcohol.