Ayer de nueva cuenta hubo una afectación mayor por el cierre del Paso Exprés realizado por vecinos de una colonia que carecen de suministro de agua potable.
El problema que esos ciudadanos padecen está delimitado a un área específica de la capital del estado. Sin embargo, su protesta repercutió más allá de Morelos, pues impidió el tránsito que venía de la autopista que nos une con la Ciudad de México y que lleva hasta el Puerto de Acapulco.
Decenas de miles de personas no pudieron llegar –nuevamente- a su destino, lo que afecta gravemente la imagen de Morelos, pues ante la elevada frecuencia de ese tipo de cierres los viajeros pueden buscar destinos menos problemáticos.
Es necesario encontrar un remedio a esa grave enfermedad social que lleva a cierres de calles y carreteras bajo el menor pretexto. Los ciudadanos debemos tener garantizado el disfrute del derecho constitucional al libre tránsito.