Aunque falta poco menos de un año para que entren en vigor los decretos que crean cuatro nuevo municipios, existen demasiadas dudas entre la propia población de los territorios que serán emancipados de sus actuales cabeceras municipales.
Incluso han comenzado litigios por los límites territoriales, asignados, como en el caso de Tetelcingo y Cuautla.
Pero lo más grave es que los habitantes que en once meses y cuatro semanas serán vecinos de esos nuevos municipios ignoran gran parte de las reglas bajo las cuales serán gobernados los primeros tres años, hasta que en 2021 puedan acudir a las urnas.
Aunque por usos y costumbres se realizarán asambleas para proponer a los integrantes de los consejos municipales que se encargarán de operar la transición, esos métodos están muy lejos de permitir la participación universal, pues todo lo decidirá una pequeña minoría.
Esa exclusión inicial puede tener graves consecuencia más adelantes, porque restará legitimidad a los primeros gobiernos, por lo que toca a las propias comunidades indígenas remediar esa falla hasta donde sea posible, a fin de evitar conflictos sociales que el día de hoy son prevenibles.