Entre las quejas de un dirigente taxista por el mal estado de las calles también se incluye la autopista. Y es que el tramo que va de Cuernavaca a la caseta de Alpuyeca la superficie de rodamiento de esa vía está prácticamente destruido, en especial el carril de baja velocidad.
A pesar de lo costoso de esa vía, el pésimo estado en que se encuentra afecta no sólo a los vehículos, que sufren un desgaste adicional, sino a la conectividad, porque la carpeta destruida obliga a transitar grandes tramos a baja velocidad, lo que significa un mayor gasto de combustible y valioso tiempo perdido.
Parece que es tiempo de que las autoridades federales hagan su labor y repongan lo que en términos del gremio llaman “microcarpeta”, sustituida la última vez con pocas condiciones de calidad, al grado de que se ha convertido en un grave problema.