Ahora sabemos por qué las reparaciones del Paso Exprés luego de que apareció el famoso socavón fueron en secreto, con paredes de madera para impedir que se vieran detalles de los trabajos: por un criminal ahorro, por negligencia, o por ambas cosas.
Trabajar en secreto permitió a la compañía encargada de la reparación actuar discrecionalmente aunque eso volviera a poner en peligro la vida de quienes utilizan esa vía rápida.
Desconcierta imaginar la clase y magnitud de los intereses que se esconden detrás de la obra, de la que se ha ocultado lo sustancial y se ha evitado aplicar sanciones.
Miles de millones de pesos de dinero público han creado un atrampa mortal que se ha cobrado la vida de dos personas, más otras víctimas en los innumerables accidentes que allí han ocurrido. Y no hay nadie sancionado, ni en el sector público ni entre los particulares que se beneficiaron del negocio.