Aunque aún falta por resolver los recursos interpuestos y por interponer ante el Tribunal Estatal Electoral (y que esto pudieran pasar a las instancias superiores), con la entrega de las constancias de mayoría a senadores, diputados locales plurinominales y regidores ha prácticamente concluido el proceso electoral 2018, que permitió renovar los poderes Ejecutivo y legislativo de la nación y de la entidad, así como 33 alcaldías.
Contra todos los pronósticos, los comicios fueron un ejemplo de civilidad y participación, lo que facilitó el trabajo de los órganos electorales y probablemente reduzca la carga de los tribunales electorales.
Los ciudadanos debemos congratularnos por el resultado, aunque el nivel de participación (cercano del 66 por ciento del electorado) se puede y debe mejorar.
Por lo pronto, la paz y la tranquilidad que se vive son frutos de unos comicios en los que el electorado lanzó un claro mensaje de renovación. De lo que hagan las autoridades electas dependerá el grado de compromiso de los ciudadanos con las urnas.