El delegado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes considera que las personas que viven en Morelos somos tontas y se nos puede engañar fácilmente.
Al menos eso se entiende cuando dice que los reclamos ciudadanos por las fallas en el Paso Exprés son caprichos de los denunciantes.
Es de puro sentido común apreciar la peligrosidad de esa vía, excepto para el citado funcionario, quien más bien cumple con mucho celo su verdadero papel: cuidar las espaldas de quienes hicieron negocio con esa obra.
Esperemos que otra vez la realidad termine por desmentirlo, como ya le pasó a su antecesor.