Sin tomar en cuenta las llamadas “pensiones doradas”, el dinero que debe destinarse al pago de los trabajadores gubernamentales que ejercieron su derecho a la jubilación sobrepasa con mucho a los recursos disponibles.
En algunos casos la situación es dramática, como lo que ocurre en el Sistema de Agua Potable y Saneamiento de Cuernavaca (SAPAC) donde el organismo debe dejar de pagar a proveedores para tratar de cubrir las pensiones.
Universidades públicas, organismos paraestatales o que alguna vez lo fueron, alcaldías… todos enfrentan demandas insoportables en materia de pensiones, ya que aunque estas son derechos adquiridos, no se tomaron las previsiones para acumular recursos.
Morelos estuvo cerca de contar con un instituto dedicado a ese rubro, pero motivos políticos y la presión de los sindicatos que se niegan a contribuir para la pensión de sus afiliados agudizaron el problema, que hoy se ha tornado muy grave.